El bar de Bin Laden, lugar de encuentro tras el esfuerzo olímpico
José Felipe de Araújo nunca pensó que su "boteco", un pequeño establecimiento en Barra de Tijuca conocido como el bar de Bin Laden, se convertiría en punto de encuentro de aficionados y deportistas tras las duras jornadas olímpicas.Araújo, de 60 años, se ganó el mote de "Bin Laden" por su aspecto y su "boteco", con apenas espacio para una pequeña barra y unas cuantas mesas, pasó pronto a conocerse con el mismo nombre.
La fortuna de Araújo es que su negocio está cerca de la Villa Olímpica ocupada en estos días por más de 10.000 deportistas que buscan un lugar donde relajarse tras las competiciones.
El bar de Bin Laden no ofrece una carta amplia, apenas cerveza, pizza, pollo y algún "bolinho" para picar, pero se ha convertido en uno de los lugares más populares entre las delegaciones olímpicas y los aficionados que siguen los Juegos de Río y cada noche se transforma en una pequeña Babel.
Por el boteco, que ofrece menús a precios populares -sensiblemente más bajos que los restaurantes de la zona- ha recibido a miembros de las delegaciones de Estados Unidos, España, Alemania, Túnez y Argentina, entre otras muchas.
"Para hacer un pedido, ellos apuntan, yo apunto y listo. Nos entendemos. No tengo estudios pero aprendo de ellos", señala Araújo, de 60 años, al diario 'O Globo'.
El brasileño, natural de Paraíba, en el nordeste de Brasil, recuerda que comenzaron a llamarle con el sobrenombre de Bin Laden tras los ataques del 11 de septiembre por la barba que cubría su rostro y se quedó con el alias.
Araújo está acostumbrado al turismo, en los Panamericanos de 2007 recibió un buen número de extranjeros, pero "nada se compara" con el éxito del boteco durante los Juegos, reconoce.
"Estoy bien en el corazón de los Juegos. Por la mañana, ellos están en las arenas, pero por la noche, estalla la bomba. Cuando se sientan a beber no paran más y eso está muy bien", explica.
De vez en cuando, para animar la fiesta, sube la música y el bar se mueve al son del sertanejo, un ritmo del campo más popular, si cabe, que la samba.
"Les encanta" asegura el Bin Laden brasileño.