Carcajadas españolas en el infierno

El Ariake Tenis Park, a ciertas horas del día, es un un auténtico suplicio. Lo es ya apostarse en una grada sin sombra acaparadora, y lo es para los jugadores y jugadores del torneo de Tenis de los Juegos de Tokio porque las temperaturas y, sobre todo, la humedad llegan a hacer difícil las condiciones para jugar.

Esta mañana de domingo, como lo fue el sábado, el sol era abrasador. La temperatura era en Tokio de 33º C, pero la sensación térmica llegaba a ser de 38º o 39º en algunos momentos. Al mediodía, además, con el sol en pleno esplendor, mantenerse al aire libre era un sacrificio, qué no sería jugar al tenis con esas temperaturas.

Anastasia Pavlyuchenkova, subcampeona de Roland Garros, buscó el tuvo de aire frío que tienen por doquier los japoneses un pausa para asistencia médica durante su debut. Mona Barthel cometió 10 dobles faltas en su derrota ante Iga Swiatek cuando un sol abrasador le hizo casi imposible ver la pelota una vez que la lanzaba. “Simplemente, no te sientes bien”, dijo Pavlyuchenkova. “Así que no lo disfruté en absoluto”.

Pero en este infierno tokiota, en este parque aparentemente agradable que aguarda en su interior con esa garra abrasadora, resulta que hay una selección que, pese a todo, y sabiéndose quizás aliarse con el enemigo, disfruta, de momento disfruta a lo grande. La selección española de tenis femenino por ahora lleva pleno en primera ronda. A Paula Badosa, que ganó el sábado, se unieron este domingo Carla Suárez, una victoria muy especial, Gargiñe Muguruza y, sobre todo, Sara Sorribes, que eliminó a la número uno del mundo, Ashleigh Barthy.

Esa sensación de disfrutar del torneo pese a todo puede que tenga como consecuencia los resultados, o quizás sea la causa, la pescadilla que se muerde la cola. La cosa es que hasta esa felicidad se desprende en las jugadoras y en el cuerpo técnico incluso. Mientras el torneo de tenis se convierte en un infierno, al fondo se escuchan sonrisas y carcajadas de las españolas. Que siga así.