El Rayo inicia una etapa ilusionante en Primera con Míchel al mando
David Ramiro
Madrid, 13 ago .- Dos años después del traumático descenso a Segunda, que llevó al equipo a coquetear la siguiente campaña con la Segunda B, el Rayo Vallecano regresa a la máxima categoría con un hombre de la casa a los mandos, Míchel, y con el único objetivo de lograr la permanencia.
Ilusión. Esa ha sido la palabra más repetida a lo largo del verano en el Rayo Vallecano y su entorno a pocos días de comenzar la Liga. En todas las presentaciones, al hablar de Primera o del futuro que viene por delante, la ilusión siempre ha estado presente en boca de los futbolistas, el entrenador y sobre todo el presidente, Raúl Martín Presa.
El objetivo para esta nueva etapa que afronta en Primera el Rayo está claro: la permanencia. No hay miras puestas más allá y para lograrlo la dirección deportiva del equipo madrileño ha seguido apostando por sus señas de identidad para formar un plantel equilibrado.
La consigna es tener jugadores con experiencia, pero también grandes promesas que tienen que demostrar que tienen un futuro brillante por delante y se quieren revalorizar en un club de Primera, como es el caso del extremo malagueño José Ángel Pozo, uno de los mejores de Segunda la pasada temporada en las filas del Almería.
Respecto al curso anterior, el Rayo mantiene la base del equipo que logró el ascenso a Primera con jugadores importantes como el portero Alberto García, los defensas Emiliano Velázquez, Chechu Dorado, Abdoulaye Ba y Alex Moreno; los centrocampistas Santi Comesaña, Adrián Embarba y Gorka Elustondo, y los delanteros Javi Guerra y Oscar Trejo.
A ese grupo se han unido tres futbolistas con pasado rayista como el lateral derecho Tito, el central Jordi Amat y el extremo zurdo francés Gael Kakuta, aunque la incorporación más sonada ha sido la del defensa peruano Luis Advíncula, apodado 'Bolt' por su condición de velocista similar a la del atleta jamaicano Usain Bolt.
Ese apodo del futbolista peruano le viene desde el pasado 11 de marzo de este 2018, cuando su anterior equipo, el Lobos mexicano, jugó contra el Chivas. En ese encuentro, Advíncula recorrió casi 69 metros en solo 6,82 segundos, a una media de 36,15 kilómetros por hora. Con esa carrera adelantó a otros 'velocistas' como el francés Kylian Mbappé (36 km/h) o el galés Gareth Bale (35,7 km/h).
Un futbolista llamado a liderar al equipo, pero que ha salido inesperadamente del club, es el centrocampista Fran Beltrán, con ADN cien por cien rayista por su condición de canterano y por su sentimiento hacía el club. Dijo no a muchas ofertas, pero aceptó la del Celta, que en una operación muy rápida pagó su cláusula de ocho millones de euros y se lo llevó.
El 'líder en la sombra' del equipo, como lo llama Míchel, tendrá que ser de nuevo el atacante argentino Oscar Trejo, que esta vez sí cumplirá su deseo de jugar en Primera con el Rayo. Lo pudo hacer en 2011, pero tras ascender con el equipo madrileño se marchó al Sporting de Gijón.
Desde el banquillo, a los mandos, se sitúa Míchel, otro hombre rayista y de sentimiento vallecano. Ha nacido en Vallecas, se crió en el barrio y como jugador fue quemando etapas desde niño hasta debutar como profesional en el primer equipo y retirarse en el club de sus amores en 2012 para pasar a trabajar en la estructura de la entidad.
Su debut en Primera como entrenador se producirá en Vallecas, frente al Sevilla, y ese día cumplirá su deseado "sueño", como ha recalcado en varias ocasiones. Y más después de rescatar desde el banquillo a su equipo en febrero de 2017, cuando penaba por Segunda coqueteando con Segunda B.
Para el Rayo, la competición está clara. Tiene que ser mejor que tres equipos y lograr una permanencia que, igual que ocurrió en 2012 con el famoso Tamudazo, dé inicio a una etapa que le lleve a seguir escribiendo la historia de un club de barrio en la máxima categoría del fútbol español.
