Como en casa en ningún sitio
Diego Pablo Simeone se convertía en entrenador del Atlético de Madrid un 23 de diciembre del año 2011. El club rojiblanco destituía a Gregorio Manzano tras 17 jornadas cuando el equipo era undécimo clasificado con sólo 20 puntos. Desde entonces, la historia del equipo colchonero cambió.
Las estadísticas del Cholo son excepcionales. Y parte de su éxito lo ha conseguido convirtiendo al Atlético en un muro defensivamente hablando. El Cholo rentabiliza al máximo sus goles gracias a su seguridad defensiva. Y más aún cuando el equipo jugaba en su estadio, ya fuera en el Vicente Calderón o ahora en el nuevo Metropolitano.
Los números no mienten. La estadística del Cholo en su campo demuestra su rigidez defensiva. Y es que el Atlético de Madrid, en 204 partidos que ha jugado en su estadio desde que Simeone llegó, ha dejado su portería a cero en 124 encuentros. Pero hay un dato más destacado: el conjunto del argentino sólo ha recibido 120 goles en estos 204 partidos. Esto significa menos goles recibidos que partidos en los que no ha encajado gol. Una estadística brutal.
Que el Cholo había convertido a un grupo de jugadores en un equipazo se sabía. Que había conseguido que los once trabajaran por el equipo y no por sus metas individuales se sabía. Que defensivamente el equipo de Simeone era de los mejores -por no decir el mejor- de Europa se sabía. Y los datos, claro, lo respaldan.
Diego Pablo Simeone le cambió la cara al equipo. La temporada que llegó al banquillo rojiblanco el equipo acabaría la temporada en quinta posición con 56 puntos, tan sólo a dos de los puestos de Champions. Además, el club rojiblanco conquistaría la Europa League. La siguiente campaña, el Cholo devolvería al Atlético de nuevo a la máxima competición europea y ganaría la Copa del Rey.
En la temporada 12/13 el Atlético de Madrid conquistaría LaLiga, arrebatándosela a Barça y Real Madrid, algo impensable hasta entonces. El Cholo lo hizo realidad.
Simeone ya ha marcado una época en el club colchonero. Pero esta etapa todavía no ha acabado. El argentino tiene contrato con el Atlético hasta verano de 2022 y ni él ni el club tienen intención de que este idilio acabe. Quién sabe si lo mejor está aún por llegar...