Florentino Pérez vuelve a hacer negocios con Mourinho, el Real Madrid está de acuerdo y solo falta convencer a la Roma

Florentino Pérez busca la manera de desprenderse de Eden Hazard, y cree haber encontrado la manera. Porque José Mourinho se ha interesado muy seriamente en la posibilidad de llevarse al fichaje más caro de la historia del Real Madrid, por el que pagaron la friolera de 160 millones de euros. Una cantidad que no ha podido justificar nunca, ni ha estado cerca de ello, ya que solamente ha encadenado lesiones, problemas de sobrepeso y suplencias.

Carlo Ancelotti intentó recuperar la mejor versión del internacional belga, pero todos los intentos han sido inútiles. Así que han llegado a la conclusión de que lo mejor es ponerle el cartel de transferible, y estudiar todas las propuestas que lleguen, aunque sean irrisorias. Y aquí es donde ha aparecido la figura del entrenador portugués, que conoce perfectamente al extremo de 31 años, después de coincidir con él durante dos campañas y media en las filas del Chelsea.

Mucho tiempo después, pueden reunirse nuevamente, y el ex técnico del Inter de Milán, el Manchester United, el Oporto o el Tottenham Hotspur confía en que pueda ser una incorporación interesante. Según apunta el portal web ‘Fichajes.net’, desde el Santiago Bernabéu pondrían todas las facilidades posibles, y el propio futbolista no contemplaría con malos ojos esta idea. Pero queda la parte más complicada, que es convencer a la directiva de la Roma.

Por mucho que ‘Mou’ lo pida, los máximos mandatarios de la institución italiana no lo acaban de ver claro. Evidentemente, no hubieran tenido dudas hace unos años, cuando Hazard estaba en su ‘prime’, pero ahora es un jugador claramente en declive, y que está a años luz de su mejor nivel. A eso hay que añadir los problemas físicos mencionados previamente, y el hecho de que sobrepase la treintena. Florentino Pérez reza para que acaben cambiando de opinión.

Quiere perder de vista al ‘7’ del Madrid lo antes posible, y Ancelotti también está desesperado por conseguir encontrar un comprador para un futbolista que parecía que no iba a irse nunca.