(4-0) Zipi y Zape ponen La Rosaleda boca abajo
Málaga C.F. | 04 | 00 | Granada C.F. |
Granada C.F.: Roberto; Nyom, Mainz, Diakhate, Siqueira; Dani Benítez (Mollo, min.63), Martins (Jaime, min.77); Abel (Mikel Rico, min. 69), Yebda; Franco Jara y Uche.
1-0, minuto 4. Cazorla en una jugada ensayada de córner.
2-0, minuto 25. Joaquín remata de cabeza un centro de Jesús Gámez.
3-0, minuto 47. Cazorla de falta directa por debajo de la barrera.
4-0, minuto 72. Joaquín de volea tras pase de Cazorla.
Pellegrini puso en liza un once chisposo y no lo decimos por el humor lepero de Zipi Joaquín. Con la cacareada ausencia de Apoño, estaba por ver si el Ingeniero le daba otro aire al edificio. Y lo hizo empleando un sistema versátil 4-1-4-1, con adaptaciones según transcurría el partido, 4-2-3-1, 4-4-2… Con Toulalan en el eje de la máquina, Cazorla en la derecha y Joaquín 'por dentro'. También le dio Pellegrini una oportunidad a Buonanotte. Lo estaba pidiendo a gritos el 'Enano'. Duda, que se movió por el centro, fue el otro invitado. El resto del equipo era el mismo de la debacle del Pizjuán. En la teoría, porque en la práctica el Málaga lo bordó, ganando con la misma facilidad con la que se pisa a una hormiga y coleccionando ocasiones como si fueran sellos.
El comienzo fue avasallante, con un juego asociativo y las ideas claras. El Granada dio el campo y el balón. También influyó que el equipo se vio por delante en el minuto 4. Antes ya hubo un ¡Uy¡ de Zape Cazorla y dos corners. Fue en el segundo saque de esquina cuando el laboratorio y la calidad se unieron por la buena causa del gol. Duda sacó y, otra vez, Cazorla disparó con un disparo preciso entallando al palo. 1-0. El Málaga ya era dueño del tiempo. Y del partido. El gol de Cazorla era sólo la refrenda de lo que se estaba viendo desde el inicio.
El Granada intentó secarse del chaparrón inicial y lo hizo merced a alguna concesión defensiva del Málaga, generoso en los despejes, o a balón parado. Pero cuando el equipo de Pellegrini cogía la pelota se encendía y chispeaba una bombilla roja. Peligro, miedo. Joaquín, muy incisivo en sus diagonales ‘por dentro’, y Cazorla manejaban el partido a su antojo, tejiendo un fútbol fácil, vistoso, bonito… De patio de colegio. El público se vino arriba con el recreo y también el resto del equipo. Gámez y Eliseu subieron cuando tuvieron opciones y en una de las incursiones del capitán se gestó el segundo. El fuengiroleño envió un preciso centro a Zipi Joaquín que definió como si esa fuera su especialidad. Dato para la historia: el primero del gaditano con el Málaga fue de cabeza. El Granada bastante tenía con estar y evitar que los aviones aterrizaran en su área.
Enfrente, el Málaga mimó el balón como si se llamara María en tal día como hoy. Reinó el cuero con paciencia, sabiendo dónde estaban los espacios y dónde saltaba la bombilla roja. Así, sin dar apenas pelotazos, fue llegando una y otra vez a la portería de Roberto ante el delirio del público, que tuvo la difícil empresa de aplaudir mientras se frotaba los ojos. Van Nistelrooy a la media vuelta y luego tras un robo de Cazorla, Joaquín seco, Duda desde fuera, Joaquín cruzado, Cazorla… Y cuando llegaba el Granada, muy poco y merced al voluntarioso Dani Benítez, estaba Willy Caballero con su sobriedad conocida por todos. El paseíllo de los jugadores al vestuario tras una primorosa primera parte fue con los oídos bien acolchados por la atronadora ovación del estadio.
Tras el bocata, el Málaga salió igual de enchufado y volvió a encontrarse con otro gol de adventage. Lo de encontrarse es un decir porque fue buscado y de una forma muy intuitiva por, quién si no, el hombre de los 19 millones de euros bien pagados. Zape Cazorla lanzó una falta por debajo de la barrera aprovechando el salto de algunos integrantes y poniéndoselo imposible al portero, como acostumbraba a hacer Rivaldo y como se hace en el truco de la consola. Un señor golazo, el segundo de Cazorla en el partido y el tercero en su cuenta (el año pasado marcó ocho en Liga). Los de Pellegrini comenzaban golpeando otra vez por si había algún escéptico. El Granada de Quique Pina y Fabri, con muchas limitaciones, le echó tesón, pero su entrega fue baldía pese a las lagunas que mostraba Eliseu en su flanco y Demichelis en algunos despejes. El pescado estaba vendido.
Pero lo mejor estaba aún por llegar. El momento de darle al REC fue en el minuto 72. Un pase de Zape Cazorla que peinó las cabezas de los defensores nazaríes fue empalado con clase torera por Zipi Joaquín. El ‘7’ terminó de meterse en el bolsillo a la afición quitándose la camiseta y dedicándole el gol a la grada de Tribuna. La Rosaleda dijo basta y se terminó de descoser en cánticos y aplausos. Hubo ovaciones antológicas para todos, para los presentes, paras los cambiados, para los que entraron (entre ellos Isco que estuvo a punto de marcar pocos segundos después de debutar)… La afición disfrutó viendo cómo disfrutaban sus jugadores. Qué manera de jugar, qué manera de animar. Qué delicia, qué futuro, qué traviesos. Zipi y Zape.