Una victoria, muchas preocupaciones
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Mal, muy mal anda el Unicaja en la Liga Endesa. El Iberostar Tenerife, que ha perdido todos sus partidos esta temporada, arrinconó a los de Joan Plaza y les obligó a ir a la prórroga. La victoria final (85-75) no tapa todo lo malo que está mostrando en la competición el equipo verde. Al menos se corta la sangría después de dos derrotas seguidas. Hay que mejorar, pero desde el triunfo, por favor. Que la Copa del Rey no espera a nadie.
Al Unicaja le falta un pívot grande y dominante. Esa carencia se esperaba mitigar con Fran Vázquez, pero el gallego no arranca. Como tampoco lo hace Suárez de cuatro. Y Nedovic debe pensar qué hace en Málaga, puesto que está eternamente castigado por Plaza. Y más cosas que fallan, por ejemplo, a nivel mental y de gestión emocional del grupo. Y mejor decirlo ahora, en el arranque liguero, con tiempo para aprender sobre la marcha y cambiar cosas.
Abromaitis entró tan enchufado al partido que sin darnos cuenta ya reinaba un 0-5 en el Carpena. La furiosa irrupción de los canarios en el partido fue controlada por el Unicaja rápidamente. Parcial de 10-0 contundente y a juar otro partido. Metidos en dicha tendencia, poco a poco los de Plaza fueron estirando su ventaja para cerrar el primer parcial con 21-11.
Parecía que el Unicaja iba a activar el modo apisonadora, pero en cambio fue su cara B, mejor dicho su cara ACB. Hendrix puso la máxima con la canasta inaugural del cuarto (23-11) y él mismo anotó el 25-15. El Tenerife desconectó al conjunto verde y con un 4-14 empató el duelo a 29. Ahí reaccionó Plaza pidiendo tiempo muerto. Dio la sensación de que había servido para algo y que se marcharía al descanso con un 37-31, pero el combativo Tenerife anotó un triplazo sobre la bocina obra de San Miguel (37-34).
Con dos canastas de Díez y una de Markovic, el Unicaja abrió una nueva brecha (43-34), pero no, no quería desaparecer del parqué este Tenerife que apretó los dientes y continuó poniendo en apuros al equipo malacitano. Un triple de Beirán puso el 47-46 después de unos momentos de inoperancia local. Plaza se la jugó con el peleón Alberto Díaz, que apoyado en un par de acciones de Kuzminskas, supieron cómo dejar al Iberostar a una distancia prudencial. 54-47 y diez minutos por delante.
Venía con ganas de mambo el Iberostar, no cabía duda de eso. Y el Unicaja no termina de enterarse de qué va la película en esta Liga Endesa. Se mezclaron las decisiones extrañas de Plaza y las horribles de sus jugadores, y este cóctel se mezcló después con las ganas de ganar del rival y con un Xavi Rey que se comió a los pívots malacitanos y puso a los suyos 61-62.
La gestión de los dos últimos minutos fue desastrosa. El partido, en un puño, se fue a los tiros libres y ahí el Unicaja no anda fino. Thomas falló uno y Richotti respondió con una penetración. 69-69 y prórroga en el Carpena. En esas aguas el Unicaja tiró de calidad. Smith y Jackson dieron oxígeno al tiempo que se lo quitaban al Tenerife (80-71). Estaba finiquitado prácticamente este duelo emocionante pero del que Plaza debe hacer examen de conciencia.