Plaza, motivado ante un año "durísimo pero apasionante"
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Joan Plaza sigue al frente de la nave cajista. El técnico y el Unicaja mantienen unidos sus caminos al menos hasta 2018, y el preparador catalán ha querido expresar su sentir tras confirmar que que se queda en Málaga a través de una carta colgada en su página web que recogemos a continuación:
"Hay fechas conmemorativas de nos recuerdan vitorias épicas, fechas cargadas de significados históricos o de simples, pero importantes aniversarios de un amigo o un familiar…, pero también algunas que señalan humildes plazos límite para tomar decisiones y hoy, por ejemplo, es una de estas últimas.
Hace aproximadamente tres años, que entre Unicaja Baloncesto y yo, a través de mi representante y en una cita en la que no siempre estamos presentes los abajo firmantes, se establecieron unos acuerdos, tras una bonita temporada que nos había llevado a caer con un triple de Navarro en el quinto partido de semifinales de la liga ACB contra el Barcelona. En esa reunión en los despachos de Los Guindos, se generó una ampliación de contrato, en lo que por entonces se veía lejana…, la temporada 2017/18.
El tiempo pasa rápido, demasiado y a menudo no solemos ser conscientes de aprovecharlo todo cuanto debiéramos personal y profesionalmente, y aquí que nos encontramos a las puertas de esa temporada que se vislumbraba remota por aquel entonces, la quinta de un servidor en tierras de la Costa del Sol.
Mucho ha llovido y en este periodo de tiempo hemos vivido ya muchas experiencias juntos. Nunca pensé tener el honor, en los tiempos que corren, de poder echar raíces en un club de la entidad que tiene el nuestro. Hecho la vista atrás y percibo muchas más vivencias bonitas que, al contrario. Sí claro, errores de todos, los míos como el que más, pero no podemos negar un más que aceptable buen balance en estas últimas cuatro temporadas.
Hace años tuve también el honor de dirigir a un campeón de Europa como lo es el Zalgiris Kaunas de Lituania (algún día intentaré resumir mi experiencia por esos lares…, tan fríos como especiales), pero una de las cosas que más me impactaron, en un país y ciudad donde el baloncesto es una religión, en el que los cromos deportivos, los posters de los bares o los anuncios de televisión giran estrictamente sobre el mundo del ba-lon-ces-to y el pabellón se llena cada noche con 16.000 espectadores, fue como finalizaban todos y cada uno de los partidos en el Zalgiro Arena…, haciéndolo puestos en pie y diciendo: “Aciu, Aciu, Aciu…” (Gracias, gracias, gracias…), sucediera lo que sucediera sobre el parquet.
Nuestro presupuesto era uno de los más modestos y en absoluto estábamos capacitados para competir con las grandes “billeteras” europeas y sus opciones de Final Four, pero la gente nos pedía compromiso por una camiseta, por una ciudad y casi por un país, en pos de una victoria que no siempre llegaba, claro está, pero que hiciera sentir orgulloso a todo aquel aficionado que, desafiando los 22 grados bajo cero, se hubiera acercado al pabellón para vernos ganar o vender muy cara la derrota, de modo que se fueran satisfechos de la imagen de competitividad, de resistencia y de lucha, con la que querían sentirse identificados. ¡Eso se me grabó a fuego!
Evidentemente hay decisiones en la confección del equipo en verano, en el reparto de roles y minutos, e incluso en las tácticas a utilizar durante un mismo partido, que pueden parecer dudosas o más difíciles de entender para quienes no viven las 24 horas desde el interior del equipo o del club, pero os aseguro que nadie se tira arena en los ojos y al menos en mi parcela o cuota de responsabilidad entre quienes dirigimos el club, todo tiene un porque, una razón de ser, una justificación que indudablemente y como todo el mundo puede entender, no puedo hacer extensiva a toda la masa social o entorno del equipo cada vez que la tomo.
Tenemos frente a nosotros un reto “mocorrotonudo” esta próxima temporada. Volvemos a jugar la Euroleague, por un año o por 10 (¿Quién lo sabe?), pero vivámosla al máximo y como si no hubiera un mañana, siendo conscientes del privilegio de jugar contra los mejores equipos de Europa, empezando por su campeón Fenerbahce que nos visitará en el Carpena para dar el pistoletazo de salida de esta competición, entre los dos últimos ganadores europeos de la pasada temporada. Estamos intentando hacer el mejor equipo que nos podemos permitir, pero inevitablemente sufriremos y requeriremos de toda vuestra fuerza en las gradas. CSKA, Maccabi, Olympiacos, R.Madrid, Panathinaikos, Zalgiris, F.C.Barcelona…, ¿Pero quien es el que se va a perder este espectáculo? ¡Media España “mataría” por cambiarnos el lugar!
Pero ahí no acaba en absoluto la cuestión, queremos trabajar para ofrecer una gran imagen de todos nosotros, pero alguien se ha parado a pensar en… ¿Cómo volveremos a jugar esta competición la temporada siguiente? Pues sí, no quedaría más remedio que clasificándonos entre los cuatro primeros equipos de la liga ACB y, por lo tanto, tan o más importante que la misma Euroleague y enfrentarnos a los mejores equipos del continente, será la competición doméstica y a nadie se le escapa en Málaga (…y el resto de Europa) que la liga española es la más compleja y completa del mundo tras la NBA. Es por ello que insisto tanto en que, entre todos, debemos mostrar de lo que es capaz Málaga, en mostrar nuestro deseo por ambas competiciones, procurando alcanzar la cifra mágica de los 9.000 socios y que estos muestren su pasión viniendo de forma constante y sin excusas al Martín Carpena cada noche.
Evidentemente, no debemos hacer castillos en el aire y debemos ser conscientes de la dificultad que entraña alternar ambas competiciones (F.C.Barcelona, Maccabi, Milan, Estrella Roja, Brose o Darussafaka quedaron fuera del Play-Off y que muchos equipos de Euroleague han perdido al jugar muchos de sus partidos los fines de semana en sus respectivas ligas, especialmente en la ACB. Eso da muestra de la dureza a la que nos enfrentamos, pero queremos ir al máximo de nuestras posibilidades y con vuestra ayuda y nuestro esfuerzo, será más asequible alcanzar nuestros límites…, sean cuales fueren.
Son casi las 02.00 horas de la madrugada del día 11 de julio de 2017 y tras una cena con el presidente del club en Barcelona, puedo confirmar que… seguiré un año más entre vosotros. Motivado y con muchos retos que me apetece vivir en primera persona. Puede ser un año apasionante, durísimo…, pero apasionante y debemos hacerlo de la mano, ayudándonos y con el convencimiento que cada uno de los integrantes del equipo, daremos lo mejor de nosotros mismos. Yo por mi parte, os agradezco el cariño que siempre me habéis mostrado en estas cuatro temporadas y a los que duden os prometo seguir mejorando y entregándome por hacer de esta, una temporada especial y para recordar. ¡Málaga no se rinde…, y yo tampoco!".