En el nombre del padre

Este domingo 29 de octubre no fue un domingo cualquiera en Málaga, en el Málaga. Se jugaba el puesto Míchel, que no habría podido sostenerse por más tiempo de caer. Pero los jugadores dieron la cara por él. Todos. Aunque no se puede obviar que alguno tenía más interés que otro en la victoria. Porque el autor del primer gol, Adrián González, conoce por partida doble lo que ha sufrido el entrenador blanquiazul, su padre.

Míchel, de todos modos, no quiere que se hagan distinciones en este aspecto. Por más que se mire con lupa cualquier gesto cómplice entre ambos: "Doy besos a todos mis jugadores por igual, todos son mis hijos y hoy han sido mis padres más que mis hijos. Estamos muy contentos, como vengo diciendo los chicos trabajan muchas veces al nivel de hoy y no habían tenido premio. Hoy lo hemos tenido colectivamente y eso hace que besemos a todos, interna y externamente".
En su rueda de prensa posterior al duelo, sin tanta angustia, no tenía problema en contestar ciertas cuestiones con pizcas de humor: "Mi mujer se alegra igual de que Recio haya metido el penalti, le va a besar como si fuese a Adrián, y supongo que a mí también me besará".
Lo que es innegable es que Míchel tiene mucha fe en Adrián. Es uno de los jugadores que más utiliza de la actual plantilla y en la cita ante el Celta se decidió a apostar por él desde el inicio en una posición más retrasada de lo que suele. Y no le fue mal haciendo pareja con Recio. Curioso, ambos -dos de los más firmes defensores de Míchel- marcaron y salvaron el cuello del técnico.