La rabia tuvo un único destinatario: "Al-Thani pa' Alhaurín"

El malaguismo está cansado. Harto de ver al equipo pasear el escudo, siempre con excusas en la boca, pero sobre todo cansado de un señor que desde su poltrona en Catar asiste impávido a la caída por el precipicio de un club en el que ya nadie le espera. Por esperar no lo hace ni la Policía, que este viernes se personó en La Rosaleda en busca de Al-Thani o de alguno de sus hijos. La realidad roza lo dantesco y obviamente ello no escapa a aquellos que serían capaz de levantar La Rosaleda con sus propias manos: los aficionados.

Los mismos que durante el Málaga-Lugo demostraron una vez más que están hasta la coronilla de Al-Thani, cuyo pasotismo ha llegado hasta tal punto que ya ni siquiera se deja ver por sus queridas redes sociales. "¡Al-Thani, te están buscando!" se escuchó en La Rosaleda en el inicio de la segunda parte y mientras Pescador Hernández era atendido en la banda. Obviamente, el "Al-Thani vete ya" volvió a ser Trending Topic en las gradas, escuchándose en varias fases del partido. Sobre todo, en el intermedio. Los cánticos partieron desde la Grada de Animación y fueron secundados, pero es especialmente significativo resaltar lo primero después de que el 'Frente Bokeron' diera un ultimátum a la plantilla tras la derrota en Copa.

"Al-Thani pa' Alhaurín" fue el último cántico, sorna incluida, que se escuchó en contra del máximo dirigente del Málaga. Todos fueron escuchados por dos exjugadores que recuerdan a la mejor etapa del catarí como presidente: Roque Santa Cruz y Demichelis. Ambos coincidieron en el palco de La Rosaleda, qué tiempos tan felices aquellos. Por desgracia, actualmente no hay más cera que la que arde y la afición ya casi no se guarda nada para los futbolistas del presente. Sólo Adrián se llevó un "te quiero" vociferado cuando abandonó el terreno de juego por unas molestias.

Tras el partido, 'ni chicha ni limoná'

Quedaba por ver la reacción del respetable tras el gol de Pita. Pero entre el abrupto final y la desazón generalizada desde las gradas no hubo prácticamente nada. Sólo miradas perdidas, gente que llega a un punto que ni siente ni padece. La peor señal que puede sentir una plantilla en sus carnes, la sensación más horrible de una afición que ha demostrado estar siempre con los suyos. Adiós, 2019, nadie te echará de menos.