Ramón: titularidad, destellos y varias lecciones

Ramón Enríquez era el único jugador que había utilizado Víctor en esta temporada en el Málaga CF que aún no había salido de titular. El canterano tenía en sus piernas un par de ratos con el primer equipo en sus piernas. Cinco minutos en Santander, 23 en Girona. Se lesionó en Montilivi a principios de septiembre y ya no volvió a la competición oficial. Por decirlo de alguna manera, desapareció del mapa. Incluso de la dinámica del conjunto blanquiazul. Se acordó el entrenador madrileño de él semanas después con la lesión de Adrián y con el pobre rendimiento de Boulahroud y Benkhemassa. Fue el elegido para acompañar a Keidi Bare, la gran novedad ante el Oviedo.

Una hora estuvo en el césped del Carlos Tartiere el de Órgiva, que llegó en infantil al club de Martiricos y que es otro de los productos de ese histórico San Félix. Pagó el peaje en los primeros minutos, donde apenas veía el balón. Fue creciendo con el paso del partido, en una medular donde contaba con libertad de movimientos. A la misma altura que Pacheco, un poco por delante de Keidi. Se mostró aseado con balón, con buena visión y sin esconderse. Se le podía ver con los brazos en alto pidiéndola incluso.

Sin embargo, pese a la gran posesión visitante en algunos tramos, le costó meterse entre las líneas carbayonas para crear peligro. Es una de las enseñanzas que debe coger. Otra de ellas es en labores defensivas, donde hay margen de mejora. Sangalli le pasó por el lado antes de meter el primer gol. No lo pudo parar el granadino, que seguro que apunta las lecciones que le dejó el duelo. En el fútbol profesional, y más en la sala de máquinas, el fútbol va más rápido. Este punto de partida es buena salida para la adaptación porque quedó claro que hay materia prima, un futbolista que da cosas diferentes en el medio. El '30' salió en el minuto 60 por Hicham y ahí se terminó su particular regalo de Reyes. Para ambos canteranos tuvo buenas palabras el técnico tras el duelo.