Otro día de la marmota en Arraijanal

La Academia de Arraijanal es, posiblemente, el mayor ejemplo de las promesas incumplidas del jeque Al-Thani al frente del Málaga CF. Un sueño del que no hubo más remedio que despertar y que a día de hoy sólo son unos pocos muros, unas vallas y prácticamente el abandono (ver vídeo superior). Entre pintadas de activistas asoma apenas un graderío y la supuesta puerta de acceso, colindante a la carretera que lleva hasta la zona. El silencio de la cuarentena (puedes ver abajo una galería de fotos tomadas este martes) fortalece la sensación de vacío, de doloroso vacío. Hace alrededor de un año y medio que no se producen avances, después de que, en septiembre de 2018, las obras tomaran una velocidad que invitaba al optimismo. Un espejismo, como se comprobó después, y al que no se le plantea cambio a corto plazo. Todos los días, como en la célebre película 'El día de la marmota', son iguales al anterior.

Y eso que Shaheen, en una de sus últimas mentiras públicas, se encargó de tergiversar una realidad que a buen seguro conocía. "En el mes de marzo habrá un campo que ya se podrá utilizar, se podrá dividir en dos campos de Fútbol 7. El resto de La Academia en marzo no estará, pero seguirá su progreso", dijo en rueda de prensa el 10 de enero. Para aquel entonces la Fundación del Málaga ya había recibido los comentadísimos 4,4 millones de euros por la venta de los terrenos de El Viso y se habían adelantado las obras que a día de hoy son las que permanecen. El coste de la primera fase es superior a la señalada cifra y de sobra conocido es la penuria por la que pasan las arcas del club, lo que convierte el reinicio de las obras en una quimérica opción a día de hoy.

La eliminación ante el Dépor en el último play off destrozó cualquier opción de continuarlas. Se le planteó a Al-Thani reiniciarlas en función del dinero que entrara en verano, pero el desastre estival fue mayúsculo en todos los sentidos. Las fuentes consultadas aseguran que la intención era construir con el dinero que había al menos un campo y un vestuario con duchas para que los chicos de la cantera tuvieran la opción de ir a entrenar. Pero las relaciones con la empresa constructora, Bilba, se tensaron de forma importante y, lógicamente, no ayudaron a tender una mano. Se decidió, en consulta con Al-Thani, frenar las obras sine die. El último recuerdo de movimiento en la zona se produjo en enero del pasado año, cuando se volvieron a ver bloques de hormigón y algo de maquinaria, pero allí no se volvió a levantar nada. Arraijanal, entre pintadas de activistas que también fueron protagonistas en todo este entuerto, sigue dejando una imagen tétrica.

Una previsión difícil cara al futuro

Las cuentas del club, representadas por el administrador judicial, José María Muñoz, en un informe presentado a la jueza no invitan al optimismo. La entidad continúa diezmada y los ingresos son y serán menores por culpa de la crisis del coronavirus, aunque multitud de abonados han presentado su voluntad a renunciar a la parte proporcional de los abonos que el club se ha planteado, entre otras líneas de acción, devolver cuando se reanude la temporada sin público. Mientras tanto, La Academia seguirá varada, a su suerte, esperando que algún día pueda convertirse, al fin, en el espacio que su cantera merece.