La mejor sensación del mundo

Mañana es lunes, y qué. Dicen que viene otra vez el Terral. Pues que venga. Cualquier problema será menos problema porque el Málaga CF, por fin, ha vuelto a ganar. Y eso lo paraliza todo. Hoy toca dormirse un poco más tarde, echar un vistazo más a los goles de Cifu y Sadiku, sacar la calculadora. Mañana, sonrisa y a otra cosa. Pocas sensaciones hay más bonitas que la de apretar los puños cuando silba el árbitro el final y tu equipo ha ganado. Ese pellizco, ese grito, ese abrazo con el que tienes al lado. La Rosaleda volvió a paladear ese sabor olvidado, un subidón de moral y de ilusión para un equipo que no tiene nada hecho aún, pero que de momento vuelve a sentirse poderoso en una pelea sin cuartel.

Porque ganar tiene esas cosas, ir a favor de la corriente hace que Tete sea un torbellino (qué partido el suyo), que Juanpi deje cosas del Juanpi que todo el mundo añora o que Cifu, todoterreno, se convierta en el goleador inesperado. Qué bien lo hicieron los tres, que dibujaron una jugada que lo cambió todo. Era el 20' y hasta entonces el Girona se sentía superior, ocasión clarísima malograda por Borja García incluida. Pero Juanpi apareció centelleante por el centro, pelota cosida al pie. Vio a Tete, que le enseñó el balón por la derecha al defensa para luego romperle por la izquierda. Centro tocadito, con temple y cabezazo académico de Cifu en el segundo palo. Qué subidón.

Entrada terrorífica de Rivera y roja directa

Al Girona le vinieron sus fantasmas a visitar y Rivera perdió el control apenas dos minutos después del gol. El centrocampista seguro que no fue a hacer daño, que su intención no era la de clavar los tacos en la tibia de Keidi. Pero, amigo Rivera, lo hiciste. Escalofriante su entrada sobre el albanés por la que vio la roja directa, no dudó un instante Muñiz Ruiz y el Girona, en lo que dura un parpadeo, se vio perdiendo y con uno menos. De ahí al descanso, mucha amenaza sin estacazo final del Málaga y un tanto anulado a Stuani por fuera de juego del uruguayo. Merodearon el 2-0 tanto Tete como Adrián, pero el Girona se marchó aún vivo a vestuarios.

Otra asistencia de Tete y otro gol de Sadiku

Pero el Málaga tenía guardado el estoque. Porque el capote lo sacó de nuevo Tete, pocos toreros tiene el equipo mejor que el de La Línea, que no engaña con su fútbol. El postureo no va con él. Esta vez recortó hacia su diestra y le puso un centro con rosca de esos que valen dinero. Lo bueno lo hizo buenísimo Sadiku, colosal, lanzándose en plancha y cabeceando al fondo de la meta de Riesgo. No era ni el 50' y la cosa estaba casi resuelta. Tuvo una opción inmediata para meterse en el partido el Girona, pero Munir respondió felino a un derechazo de Samu Sáiz. Morir matando, dijeron los de Martí.

El Málaga hizo suyo el carril de Juankar y Tete, con el primero teniendo una buena ocasión apurando la línea de fondo. Estaba todo controlado, incluso parecía más cercano el 3-0 que otra cosa, pero Adrián cometió una imprudencia impropia de su veteranía con un pisotón con los tacos por delante al tobillo de Gumbau. Roja directa, 10 contra 10. Baja, lógicamente, para el duelo en Vallecas. Paró el partido Pellicer con los cambios, que dieron al menos el resuello físico que el equipo, un tanto agotado, necesitaba. Tampoco estará Sadiku, que vio la quinta amarilla de la temporada por tardar demasiado en ser sustituido. La buscó, o al menos lo pareció. Para el Rayo quedan algunos días, lo que toca ahora es reposar y saborear lo que hacía mucho no se saboreaba. Ganar, qué bien suena.