Un final soñado para un doblete histórico (27-28)
No hay techo para el Rincón Fertilidad. No existe muro que este equipo no pueda destruir. Llegó la Copa de la Reina y la ganó. Llegó la Supercopa, enfrente estaba todo un Bera Bera y la maldición del novato. Pero Ciudad Jardín lució como en épocas añejas y trasladó al Rincón a un nuevo golpe de efecto en su crecimiento infinito. Victoria y título para el equipo de Suso Gallardo. El segundo en menos de dos meses, el segundo de su historia. Un doblete de leyenda, inolvidable después de un partido que tuvo de todo y que terminó decidiéndose en los últimos segundos. En el alambre también supo ganar (27-28).
Porque después de marchar todo el partido por delante, basando de nuevo su balonmano en una gran defensa y en una heroica Merche Castellanos en portería, el choque entró empatado en los últimos nueve minutos. Ahí floreció el talento y también la experiencia, Arderius tuvo su momento como también lo tuvo, cómo no, Merche Castellanos. Hasta que Estela Doiro, en el último ataque del Rincón, la mandó a la red con el alma. Un gol de Doiro, pero que llevaba el trabajo de muchos años detrás y, por supuesto, el recuerdo de un Diego Carrasco con el que faltan líneas para explicar la impronta que dejó para que ahora el Rincón sea un ejemplo para el balonmano femenino.
Le restó un ataque a Bera Bera, al que las casas de apuestas daban como favorito, y tuvo varias opciones para el lanzamiento por los golpes francos señalados por los colegiados. El último, a falta de dos segundos. Resistió el Rincón, que le ha cogido al gusto al confeti y las celebraciones. Tras la Copa, la Supercopa. Otro título para la buchaca, otra mirada al cielo. Llegó el doblete y ahora, por qué no, toca soñar con el triplete. Este Rincón no tiene límites.
