Un revuelo discreto: el Málaga-Rayo corrió riesgo de suspensión

Fue un susto que quedó en anécdota. En La Rosaleda se iba a disputar el Málaga-Rayo mientras luces azules centelleaban en su perímetro, acordonado por la policía. Los vecinos de Martiricos no podían acceder ni en coche ni peatonalmente a los aledaños del estadio por cortes en la Avenida de La Palmilla, Puente de La Rosaleda y Avenida Luis Buñuel. El motivo, la aparición de un automóvil con matrícula protegida y estacionado solo y de manera sospechosa en la explanada del Vithas Centro Médico Rosaleda, en la puerta de la grada de Gol. Mientras en La Rosaleda se preparaba un partido de élite con los protagonistas ya en el interior, a pocos metros había un vehículo que podía contener explosivos en su interior. Hollywoodiense. El revuelo discreto de gradas hacia dentro fue lógico. Y decimos discreto porque sólo unos pocos conocían lo que estaba ocurriendo, entre ellos el árbitro. Los justos y responsables.

El protocolo policial se desplegó con eficacia y rapidez. En estos casos es fundamental la prevención por mera cuestión de seguridad. Y así ocurrió, con efectivos de la Policía Local, de la Policía Nacional y de los Tedax para analizar con la ayuda canina si el coche contenía realmente explosivos. “Es por motivos de seguridad”, comentaban los agentes a pie de calle a los viandantes que curiosearon y con los que habló este medio. La agitación fue lógica en el barrio por el movimiento propio al toque de queda, ya que muchos vecinos volvían a casa tras pasar el domingo. En ese sentido, la situación hubiera sido muy diferente en el caso de que el encuentro se hubiera disputado con público en las gradas y con el gentío propio en los alrededores.

La situación hubiera sido muy diferente en el caso de que el encuentro se hubiera disputado con público en las gradas y con el gentío propio en los alrededores

Pese a ello, el riesgo de suspensión flotó en la previa y estuvo ligado a las pruebas de contraste a las que se sometió el automóvil por hasta tres guías caninos diferentes. Las mismas, por suerte, no fueron concluyentes, por lo que no hubo razón para que el partido no se jugase. Las garantías de seguridad eran plenas. Aun así, la investigación continuó durante el encuentro, y entre otras cosas se trató de localizar al propietario del coche, que seguía en el mismo lugar después del Málaga-Rayo (vídeo superior). Horas más tarde, esta mañana, la normalidad se había apoderado ya de la zona, con más trasiego de lo habitual por ser el inicio de la Semana Blanca.

De modo que todo transcurrió como si nada hubiera pasado. El himno retumbó como siempre antes del partido y el Málaga CF, ajeno a todo –los jugadores desconocían lo ocurrido–, hasta volvió a ganar cuatro meses después en su estadio por 2-0 al Rayo Vallecano en un partido muy completo que sirvió además para celebrar el primer aniversario de José María Muñoz al frente de la administración judicial del club.