Mereció todo y se quedó sin nada

Un balón bombeado desde el centro del campo rematado con el pie de apoyo, de forma horripilante estéticamente por Vivian, en la que fue la única ocasión del Mirandés, enterró el gran partido de un Málaga CF que se vino de Anduva con una derrota (1-0) de difícil explicación. Porque los de Pellicer lo hicieron casi todo bien: sólo faltó el gol. La diferencia está en las áreas y este partido eleva esa idea a la enésima potencia. Mereció ganar el Málaga, hizo todos los méritos posibles y generó fútbol y ocasiones. Mordió, jugó... pero perdió. De forma injusta ante un Mirandés sometido durante todo el encuentro y al que Vicandi permitió rascar durante los 90 minutos. El fútbol le dio la espalda al Málaga, que por tercera jornada consecutiva volvió a ser mejor, mucho mejor que su rival.

Porque si al descanso el marcador hubiera sido 0-2 nadie se hubiera sorprendido. Casi calcó el once del Rayo Pellicer, únicamente le dio la titularidad a Alexander en detrimento de Ismael Casas. Empezó bien el equipo, muy metido y generando una doble ocasión tremenda en el 10'. Una jugada ensayada y bien ejecutada desde el córner acabó con un remate de Luis Muñoz golpeando el palo tras un rechace, y con Yanis buscando embocarla en segunda instancia posiblemente en posición ilegal. Manos a la cabeza, huelga decir que cambiaba el partido. El Mirandés no se enteró de la fiesta, los centrales del Málaga se zamparon a Cristo y los de blanquiazul insistieron en el área de Lizoain.

Se le apuntó un remate al lateral de Chavarría o un zurdazo con mucho picante a Joaquín. Todo en menos de 15 minutos. Se dieron un tiempo ambos equipos y rebasada la media hora el Málaga volvió a tener dos opciones más que claras para el gol. Yanis se sacó desde la izquierda un centro medido a la cabeza de Chavarría, que volvió a ser el faro hasta que lo lesionaron, y testarazo picado del argentino. Demasiado centrado, le dio la opción a Lizoain de que despejara como buenamente pudo permitiendo que Jozabed tuviera la oportunidad de remachar a medio metro de la línea. Parecía gol claro, pero la falló. Balón directo a la pierna de un defensor, la única forma de que el Mirandés se salvara de lo que era un gol cantado.

La segunda parte tuvo menos ritmo en las piernas malaguistas, si bien es cierto que el Mirandés aplicó una dosis extra de juego subterráneo que permitió Vicandi, siempre desacertado esta tarde. Chavarría perdonó un mano a mano que acabó en fuera de juego -muy justito, habría que haberlo revisado- en la que fue la última opción del delantero del Málaga. Vivian, a la postre héroe, se 'cargó' al punta blanquiazul con un atropello que Vicandi no señaló ni como falta. Se fue Chavarría y el Málaga se apagó, casualidad o no, y llegó en el 73' el navajazo en forma de gol del Mirandés. De una falta evitable, con un centro pasadísimo y con la defensa dejando un latifundio a su espalda. El único error, la única ocasión para el equipo que acabó ganando.

El tanto fue cloroformo para el Málaga, al que le faltaron soluciones y le sobró nerviosismo. Se vio tan cerca de ganar que no supo reaccionar cuando lo tenía perdido. Luis Muñoz se fue 'tocado' y los cambios a la desesperada de Pellicer no resultaron. Apenas un remate fallido de Orlando Sá tras un buen centro de Matos se contabilizó como opción para el empate. Así, sin merecerlo, se le escapó el partido al Málaga. Con una derrota que escuece, con un resultado injusto. Pero en el fútbol, ya saben, no hay fórmulas exactas.