'CeleBrandon' la vida en casa

Trabajada victoria la que logró el Málaga CF en la visita del Tenerife a La Rosaleda. Se adelantó con prontitud en el marcador gracias a un gol de Brandon Thomas de penalti y supo mantener el resultado favorable merced a una férrea defensa. La afición recupera la confianza en su equipo tras demostrar que puede derrotar también a los de arriba y que el estadio malaguista siga siendo un fortín.

Comenzó con gran intensidad el conjunto blanquiazul, que vio cómo le anulaban un gol en el minuto tres. El tanto, obra de Javi Jiménez, fue un disparo cruzado tras una buena jugada, pero en la acción anterior, Jozabed estaba en fuera de juego y el colegiado Sánchez López invalidó el tanto y acabó con la euforia que se había adueñado de las gradas de La Rosaleda.

A partir de este momento, comenzó una suerte de asedio del Tenerife, que tuvo hasta tres ocasiones consecutivas para abrir el marcador. Elady y Rubén Díez lo intentaron, pero no había manera. Y menos mal.

Cuando peores iban las cosas para el Málaga, el partido se dio la vuelta por completo. Brandon Thomas se dirigía al interior del área con la pelota cuando fue derribado por Aitor Sanz sobre la línea de cal. El trencilla concedió la pena máxima y fue el propio balear el encargado de lanzarlo... y lo hizo de forma magistral. Engañó por completo a Soriano, metiendo la pelota por el centro de la portería.

Tras el gol, el Tete trató de reponerse, pero el Málaga no le estaba poniendo las cosas fáciles. La defensa estaba bien colocada, como demostraron tanto Juande como Pey en varias acciones en las que atajaron con solvencia las acciones de ataque de los visitantes. Y en ataque tampoco daba respiro el conjunto de José Alberto, con continuos intentos de llegar al área chicharrera por las dos bandas y por el centro. Todo valía. Incluso una chilena nada convencional de Paulino que acabó en las manos de Soriano ante la poca fuerza del disparo.

La parte final de la primera mitad fue de dominio casi absoluto del Málaga, que aunque no terminó de crear peligro en la portería chicharrera, sí tuvo la pelota, controló el juego y defendió los intentos del Tenerife de acercarse a su área. Ya en el descuento, Sergio González sacó bajo palos un disparo de Brandon de cabeza tras un mal despeje del portero.

Capaz de mantener la concentración

Aunque al inicio de la segunda parte parecía que al Málaga le iba a costar trabajo mantener la portería a cero y el resultado favorable, porque el Tenerife buscaba sin cesar la meta de Dani, los blanquiazules supieron defender con ahínco lo que era suyo. Y sorprendió gratamente que en esta ocasión no hubo pérdidas de concentración, propias del equipo de José Alberto en las segundas partes.

Eso sí, las amarillas llegaron por doquier y le cayó una hasta al técnico asturiano. La intensidad hacía mella en el casillero de tarjetas. Seguía manteniéndose firme el Málaga, con piernas frescas tanto en el centro del campo con en ataque. La misión estaba clara: frenar las embestidas del Tete y tratar de buscar un gol que cerrara el marcador. Juande estuvo soberbio durante todo el partido, siendo el mejor del equipo.

Los últimos cinco minutos se hicieron largos, puesto que el cuadro de Ramis no iba a dejar escapar puntos fácilmente. La Rosaleda pedía la hora, sin dejar de remar para llevar al equipo en volandas.