Una maldición que dura más de un lustro: el Málaga y la Copa, como agua y aceite

Hace ya varios años que el Málaga CF no logra pasar de dieciseisavos de final en la Copa del Rey. Una competición que se le resiste al equipo blanquiazul, que no logra tomarle las medidas y acaba cayendo en las primeras rondas del campeonato, normalmente ante entidades de inferior categoría que saben jugar sus partidos, incluso cuando eran a ida y vuelta, y hacer un roto en las ilusiones del malaguismo, que sueña con volver a avanzar en el torneo del KO.

Hay que remontarse hasta la temporada 2014/15 para ver la última ocasión en la que el Málaga logró colarse entre los mejores equipos de la Copa. Entonces, disputó los cuartos de final ante el Athletic Club, que eliminó a los malaguistas en la vuelta y por la mínima y acabó colándose en la final, donde cayó derrotado ante el FC Barcelona.

En la 15/16, el equipo costasoleño fue eliminado por el Mirandés, entonces en una categoría inferior, en dieciseisavos. El cuadro burgalés llegó hasta cuartos, donde finalmente el Sevilla lo acabó echando para disputar más tarde la final ante un cuadro azulgrana que volvió a coronarse por segunda temporada consecutiva.

Más adelante, en la 16/17, el Málaga volvía a ser eliminado en dieciseisavos, esta vez ante el Córdoba. En la 17/18 fue el Numancia el encargado de bajar del carro a los malaguistas. Al año siguiente, ni siquiera pudo llegar a la tercera ronda, después de que el Almería se impusiera a partido único.

Pero en la 19/20, el ridículo ya rozó el espanto. El Escobedo, de Tercera división, le endosó un 2-0 al equipo entonces dirigido por Víctor Sánchez del Amo. Una hazaña que el malaguismo prefiere olvidar.

Al año siguiente, con Sergio Pellicer, el Málaga logró abrirse paso, a trompicones y con escasez de fichas profesionales, hasta dieciseisavos, donde el Granada acabó con las ilusiones coperas.

En este curso, la afición blanquiazul esperaba que al menos se mejorara ese último resultado. Pero no ha sido así, y el Rayo Majadahonda de Primera RFEF ha sido el encargado de acabar con las ambiciones coperas del conjunto boquerón.