La otra cara del empate ante el Cartagena: "Volví a casa y mi hijo estaba llorando"

Hay situaciones en el fútbol que son más difíciles de entender que otras, pero siempre hay cosas que nos recuerdan que el sentimiento va más allá. En el caso del Málaga CF, la afición se llevó un gran chasco al ver cómo Okazaki empataba el marcador en el último segundo de un partido que parecía ganado. El Cartagena rascaba un punto y el equipo blanquiazul se quedaba con cara de tonto. Pero no sólo la afición, también los jugadores y, cómo no, sus allegados. Así lo explicó Mathieu Peybernes.

Durante una entrevista concedida al programa 'Corazón Malaguista' de 7TV, el central francés dejó claro que entiende a la perfección el enfado y la decepción de los aficionados del Málaga, pero que espera que haya también comprensión con cómo afecta este tipo de cosas al vestuario y a sus vidas personales. "Cuando firmas por el Málaga sabes que vienes a un club histórico, a un grande. Vas a tener más presión que en otros clubes con menos afición. Esto hay que tenerlo en cuenta, hay que saber jugar con eso, porque ahora te meten presión y es normal", reconocía.

Y añadía el galo: "Entiendo que la gente está jodida, pero tienen que entender que nosotros también estamos jodidos. Volví el otro día del partido con el Cartagena y mi hijo estaba llorando en casa. Somos los que peor lo pasamos porque es difícil, llegas a casa con tu familia y no te apetece hablar con nadie. Pero entiendo a la gente que viene al estado y no está contenta porque es su equipo, su corazón. Que nos metan un toque de atención es normal, porque entendemos que a ellos no les vale esta situación. Nosotros necesitamos que nos juntemos, que nos ayuden y nos animen y que todo va a salir bien".

Peybernes, su nivel en el Málaga y su opción de salir

También ahondó Peybernes en cómo se encuentra a nivel individual: "Es difícil hablar sobre tu nivel y ponerte una nota. Al final, igual que el equipo. A nivel individual he tenido buenos momentos. La defensa vive como vive el equipo. Yo puedo mejorar lo que estoy haciendo y tengo que ayudar al equipo y encontrar mi mejor nivel. Con el nuevo míster hacemos cosas diferentes y hay que adaptarse. Pero tenemos que dar todos un paso adelante para estar mucho mejor".

En cuanto a los rumores que apuntaban a una salida en el pasado mercado de invierno, Pey dejó claro lo que ocurrió: "Siempre hay una bomba, hay gente que quiere meter miedo. Pero yo nunca he pedido salir, hablé con Manolo y tenía a mi mujer embaraza y no me iba a ir a ningún lado, nunca quise bajarme del barco. Hubo varios clubes que se interesaron y llamaron, porque contra el Mirandés no jugué y con el cambio de míster pudo haber dudas. Pero yo tenía claro que no me quería ir tal y como estaba el equipo".

Otros asuntos tratados por el central

¿Cómo está el vestuario?: "Jodido. Encajar gol al ultimo segundo es difícil a nivel mental. Sabíamos la importancia de ganar este partido y al final empatarlo es casi como perderlo. Pero hay que seguir, nos toca últimamente la mala suerte. Hemos hecho un buen partido, tuvimos ocasiones para el 2-0, pero hay que sacar las cosas positivas".

Reacción al gol de Okazaki: "Cómico no creo que sea. De las 100 veces que lo hace, solo mete gol en esa. Hace el efecto perfecto, en el momento perfecto, porque si controla había un jugador para achicarlo. Y nos tocó a nosotros. Es lo que hay. Es más acierto de ellos que fallo de nosotros".

El vestuario está mentalmente jodido y se acude al psicólogo deportivo: "El fútbol sabemos cómo es, son estados de ánimo. Cuando ganas partidos intentas más cosas, arriesgas más pases… Últimamente no nos salen, tenemos que jugar más directo, cosas más sencillas. Hemos empezado a trabajar cosas mentales. Cada uno es distinto y a cada uno le sirve una cosa. A nivel mental tenemos que cambiar cosas, pero con una victoria te cambia todo. Con tres puntos se ven las cosas muy distintas. Tenemos que volver a ganar para encontrar esa confianza".

¿Cree Peybernes que el partido ante el Amorebieta es una final?: "Una final no, porque todavía quedan puntos y partidos, pero es clave y vital, no podemos perder. Tenemos que ir a muerte, va a ser una batalla. La manera de jugar del Amorebieta, muy directo, con muchos duelos… va a ser un partido feo, pero tenemos que salir a por todas".

Vida extradeportiva: "Tengo niños, van al Liceo Francés. Vivo por allí por el Limonar, al lado del colegio. Estoy mucho con mi familia, ellos juegan al fútbol y voy con ellos a los partidos, a los entrenamientos… Disfruto mucho con mis hijos. Tenemos esa conexión. Soy muy familiar y no salgo mucho, soy feliz así".