Iglesias Villanueva agua la fiesta del Málaga en La Rosaleda

Muy cerca estuvo el Málaga CF de dar la machada ante el líder de LaLiga SmartBank, una SD Eibar que se vio superado en multitud de ocasiones por el equipo de Pablo Guede, incluso con un hombre más. Plantó cara y se desgañitó físicamente el conjunto malaguista, pero las decisiones arbitrales de Iglesias Villanueva y la capacidad goleadora de los armeros acabaron por decantar la balanza a favor del cuadro guipuzcoano. Lo que empezó como una fiesta en La Rosaleda acabó en un enfado monumental aunque esta vez no fue con el equipo, sino con el trencilla y con el rival.

Una primera mitad truncada

Ya lo avisó Guede en la previa, que el Málaga iba a salir a pelearle al líder. Lo hizo desde el segundo uno de partido. Y esa actitud le valió para, en cuatro minutos, colocarse por delante en el marcador. Brandon, enchufado y confiado, recibía una pelota de Víctor Gómez desde la banda, dejaba atrás a un defensa, se plantaba ante Cantero y, sin dudarlo un segundo, envió un disparo cruzado al fondo de la portería armera.

Apenas unos segundos después, Dani Martín, también con el confianzómetro lleno, sacaba a córner un disparo clarísimo de Fernando Llorente, que recibió un jugoso balón en la frontal después de un error de cálculo de Javi Jiménez. El lateral se lesionó minutos más tarde y tuvo que dejar su sitio a Braian Cufré.

Lejos de encerrarse atrás para mantener el resultado, el Málaga, con el claro sello de Guede, se echó arriba y buscó continuamente la portería del Eibar. Apretaba el equipo y apretaba La Rosaleda, encantada con lo que estaba viendo sobre el césped. Tuvo una clara Cufré que acabó sacando casi bajo palos un defensa armero. No acusó el argentino la falta de minutos en las últimas semanas. Segundos más tarde era Antoñín el que se colocaba la bola en la frontal -a pase de Cufré precisamente- y la enviaba unos centímetros por encima del larguero.

Sin duda el punto de inflexión de esta primera mitad fue el largo parón en el juego mientras los servicios médicos atendían a Venancio, que sangraba profusamente por la ceja tras un choque con Vadillo.

Segundos después de reanudarse el juego, el colegiado mostró la roja directa a Escassi por una falta sobre Rahmani cuando el extremo se aproximaba al área malaguista. Arrancó en aplausos La Rosaleda cuando el capitán se retiraba hacia los vestuarios. Tocaba empujar más ahora que el equipo se quedaba con un hombre menos.

Con el partido completamente roto, tuvo que acudir Iglesias Villanueva al VAR tras una jugada dudosa en el interior del área, en la que Febas llegó tarde a despejar. Dictaminó la pena máxima que se encargó de subir al marcador el propio Corpas, que era quien había recibido el golpe. Empate a uno en el marcador y todo un mundo por delante. Sólo era el minuto 37 de partido.

Guede tenía que recomponer su defensa y decidió sentar a Antoñín y dar entrada a Genaro para que acompañara a Peybernes en el centro de la zaga. Se estaba poniendo la cosa complicada y Dani tuvo que sacar de nuevo una magnífica manopla para sacar un disparo de Tejero a la escuadra.

Los 9 minutos de descuento de esta primera mitad se hicieron eternos. Le costaba al Málaga plantarse en el área rival y Dani Martín tuvo que seguir tirando de confianza para evitar que el Eibar se adelantara en el marcador. Los pitos fueron unánimes en las gradas cuando Iglesias Villanueva dictó el tiempo de descanso.

Tras el descanso, más horrores

Había que echar el freno y jugar con paciencia y sabiduría. El ambiente, cada vez más tenso, no ayudaba al Málaga, que necesitaba aplacar los nervios si quería sacar algo positivo de este partido. Tensión, tensión y más tensión. Y las decisiones de Iglesias Villanueva tampoco ayudaban a relajar unos ánimos ya de por sí caldeados. No paraba de escucharse el clásico cántico de "qué malo eres..." y cada acción la reclamaba el público de La Rosaleda, convencido de la injusticia que se estaba cometiendo.

La cosa terminó de complicarse cuando Llorente, completamente solo ante Dani, anotaba el segundo del Eibar. Pedían fuera de juego los seguidores malaguistas, pero Iglesias Villanueva se fue directo al banquillo a expulsar a Luis Muñoz y a sacarle amarilla a Dani Barrio, para luego volver al césped a mostrársela a Paulino. "Manos arriba, esto es un atraco", se escuchaba en las gradas.

Y, tras un rato de deliberación, se acercaba el trencilla a la pantalla del VAR a comprobar la jugada del gol. Los segundos que siguieron fueron de auténtica presión y la decisión final del colegiado, que vio la falta sobre Víctor Gómez anterior al tanto, hizo creer al malaguismo. Quedaba anulado el tanto armero y volvía el empate a uno al marcador.

Peleó con uñas, dientes y con todo lo que se podía el Málaga por mantener el luminoso tal y como estaba, pero en el 78 se plantó Fran Sol en el área blanquiazul y acabó metiendo el segundo de un Eibar que sólo estaba siendo superior en número.

Pese a todo, no se rendían los de Guede y ponían en aprietos a Cantero para buscar de nuevo el empate. Tuvo una clarísima de cabeza Roberto, que se marchó fuera por muy poco. El último horror, sin embargo, llegaría en el descuento, cuando Fran Sol anotó su segundo gol de la tarde para dar una doble ventaja inmerecida al Eibar.

La afición malaguista, eso sí, supo agradecer el esfuerzo de los suyos con un aplauso final que recordó que esta hinchada está en las buenas y en las menos buenas.