¿Quién nos va a salvar?
El interrogante que da título a estas líneas es una de las canciones con las que más puedes gritar en un concierto de La M.O.D.A. y, a la vez, una pregunta retórica que se repite al hablar del Málaga CF. Si los jugadores, pese al cartel que traían, parecen no estar funcionando, el nuevo entrenador se está quedando sin recursos, el director deportivo ha perdido toda credibilidad y la dirección general sigue a merced del juzgado… ¿Quién va a salvar al Málaga CF?
Pero en las malas y en las aún peores el malaguismo está acostumbrado a aferrarse a barras incandescentes si hace falta. El último clavo ardiendo al que agarrarse es un nuevo fichaje inminente. No es un extremo, un ‘nueve’ goleador ni mucho menos otro director deportivo, sino Patricia Ramírez, reputada psicóloga especializada en el ámbito deportivo.
El míster Pepe Mel, abatido en la última rueda de prensa e impotente de ver cómo el trabajo de la semana no se refleja en los partidos, pidió la incorporación de esta ‘coach’ con experiencia en clubes como Betis o Mallorca. Como si de una ventana de fichajes se tratara, el técnico pide y la dirección deportiva gestiona.
Cuidar la salud mental debe venir de manera intrínseca con el ser humano y por suerte está dejando de ser tabú. Han sido muchos los grandes deportistas que han tenido que acudir a psicólogos para gestionar sus emociones cuando estas repercuten -de manera negativa- en el rendimiento deportivo. El propio Andrés Iniesta en lo más alto de su carrera, el excajista Álex Abrines o Simone Biles en los últimos Juegos Olímpicos son ejemplos de ello.
Nadie está exento de tener que lidiar con estas complicaciones y el desarrollo de la temporada de los blanquiazules ha estado más cerca de los fenómenos paranormales que del cauce normal de un club de fútbol. Todo está ahora en manos de Patricia Ramírez y en la voluntad de los jugadores por cambiar las cosas. No hay mayor margen de maniobra: esta es la última bala.