Bryan Zaragoza, un diamante en Primera División que el Málaga dejó pasar
Hay veces que el diamante está más cerca de lo que parece. Solo que hay alguien más avispado que acaba encontrándolo mucho antes. O dándole el valor que merece. Cuando el Málaga quiso darse cuenta de lo que pudo haber tenido y no tuvo ya era demasiado tarde. Es sencillo juzgar a toro pasado, pero la realidad es una bofetada de envidia sana: Bryan Zaragoza es malagueño, pero ha acabado siendo héroe del ascenso del Granada, rival vecino.
Formado en el fútbol base de barrio, en los campos de césped artificial del Conejito y Tiro Pichón. Nacido en el 2001, el futbolista malacitano con apellido maño es un ídolo en tierra nazarí. Antes pudo serlo en el Málaga, pero cuando su entorno lo ofreció, no obtuvo la oportunidad. Ahora es valor de futuro en el presente, firmando cinco goles con el Granada en la temporada del ascenso, tres de ellos en la recta final, donde el balón quema y deben aparecer los jugadores con personalidad y arrojo.
Quedará en la retina del gentío del Nuevo Los Cármenes su golazo por la escuadra al Leganés en la última jornada, que significó el 2-0 de la tranquilidad para certificar el campeonato de LaLiga Smartbank y el regreso a Primera División del Granada. Allí, en la élite, jugará la temporada que viene y otras muchas más, si se consolida el club y su figura. De momento, Bryan Zaragoza está más que blindado: acaba de renovar hasta 2027.
En etapa juvenil fue reclutado por el Granada, que apostó por él después de que el chaval hiciera la prueba también en el Betis, Sevilla o Atlético. Tras curtirse en el filial nazarí, debutó con el primer equipo en un partido de Copa del Rey frente al Laguna el 30 de noviembre de 2021. Desde entonces, como la espuma: en la histórica temporada del Granada ha disputado 34 partidos, casi todos (29) como revulsivo desde el banquillo. Aun así, disputó 1.067 minutos.
El extremo malagueño es distinto. Un jugador de banda, descarado y vertical. Llamativo por su electricidad con balón. De esos con calidad para encarar por inercia, que centran de maravilla y que buscan la portería sin complejos, con buen disparo y gol.
Es uno más en los éxitos del Granada. Demostró su emoción tras el ascenso: "Hace seis meses jugaba en Segunda B y ahora vivo esto con el equipo que me dio la oportunidad, que me firmó en juveniles de un equipo de barrio y que me dio la oportunidad de vivir esto. No tengo palabras para describir lo que siento por este escudo y esta afición".
Hace unos meses, su entrenador, Paco López, tuvo una premonición con él: "Es un chico atrevido, que tiene descaro y velocidad; nos va a venir muy bien". Bryan ha acabado siendo mucho más importante de lo que podía parecer, aunque en Granada ya sabían de su potencial desde que empezó a desplegar su juego en cantera. Antes pasó por la Segunda RFEF en el Poli Ejido con una cesión que lo curtió. No necesitará más Erasmus ni Sicues, porque Bryan es uno de los que jugarán en LaLiga el año próximo.
A sus 21 años ha pulverizado etapas. En Granada se frotan las manos y en Málaga quedará siempre una pregunta: "¿Y si le hubiésemos dado una oportunidad?"
El Club que me ha dado todo, que ha confiado en mí desde primera hora y al que amo. El Club donde mis sueños se han hecho realidad! Granadinistas os quiero! Gracias @granadacf ❤️🤍 pic.twitter.com/tO2id17S9D
— bryann11 (@brryann11) May 29, 2023
Y el caso de Ivan Jaime también clama al cielo