Carmen Menayo: "Hacemos un fútbol diferente al masculino, pero tiene esencia"
Lucía Santiago
Madrid, 26 ago .- La madrugada del 24 al 25 de agosto, en la concentración de la selección española en Vannes (Francia), veintiuna futbolistas lloraron su decepción por el subcampeonato en el Mundial sub-20. Fue una noche tan larga como amarga, según reconoció en una entrevista a EFE una de las capitanas del equipo, Carmen Menayo (Badajoz, 1998).
La trayectoria de la defensa pacense, equiparable a la de Patri Guijarro y Maite Oroz, resume el exitoso bagaje del fútbol femenino español en categorías inferiores. En el último lustro la jugadora del Atlético de Madrid ha mordido siete medallas, entre Europeos sub-17 y sub-19 y Mundiales sub-17 y sub-20.
- Pregunta (P): ¿Por qué lloran un subcampeonato del mundo?
- Respuesta (R): Ahora ya lo vemos de diferente manera. Tenemos que estar orgullosas de lo que hemos conseguido. Lo dimos todo en la final ante Japón, pero no ha podido ser (perdieron por 3-1).
Seguramente las generaciones que vienen detrás tendrán la oportunidad de resarcirse. Tendrán la oportunidad de ganar un Mundial y estoy segura de que lo harán.
- P: ¿El equipo se reprocha su única derrota?
- R: El campeonato ha sido impecable. Creo que hemos crecido mucho a pesar de ser, ya antes del Mundial, un gran equipo. Hemos sabido sufrir cuando las cosas iban mal y yo creo que eso nos ha ayudado a crecer. A pesar de la derrota en la final, tenemos que estar orgullosas de todo el trabajo y de todo el cuerpo técnico que nos ha ayudado a llegar hasta aquí.
- P: ¿Qué les faltó para ser campeonas?
- R: Lo dimos todo pero al final, por unas cosas o por otras, el partido no estuvo para nosotras. Si hubiéramos metido alguna de las ocasiones que tuvimos en la primera parte, el partido hubiera cambiado completamente. Son cosas del fútbol, esto puede pasar. Hay que buscar el lado positivo. Yo pienso que el marcador fue un castigo excesivo. Merecimos más, hicimos nuestro trabajo para que las cosas salieran bien.
- P: ¿Qué hay detrás de las lágrimas?
- R: Hay mucha rabia porque les ganamos en la fase de grupos y te quedas con esa espinita de no haber podido con ellas en la final, pero también son lágrimas de orgullo. Esta etapa que se termina, nos ha dejado muchos buenos momentos y muchas buenas personas. El día después siempre es muy diferente. Te das cuenta de lo que has conseguido y tenemos que estar orgullosas.
Hemos sido un equipo impresionante. Desde la primera hasta la última hemos dado todo de nosotras, tanto las que hemos jugado casi todo como las que no han contado con tantos minutos. Todas hemos sumado, hemos sido un equipo bastante unido, tanto dentro como fuera y al final eso se nota.
- P: ¿Para qué debe servir este Mundial?
- R: Este Mundial puede marcar un antes y un después. La gente se ha volcado con nosotras. Los medios de comunicación, también. Eso se nota. Ojalá la cifra de telespectadores se quede corta comparado con lo que viene. Toda esta visibilidad ayuda para que la gente se dé cuenta de que el fútbol femenino tiene su importancia. Las chicas lo sabemos hacer muy bien. Hacemos un fútbol diferente al masculino, pero tiene su esencia. Cuanta más gente lo apoye, mejor.
- P: Termina su periplo en categorías inferiores. ¿Ha llegado el momento de pensar en la selección absoluta?
- R: La absoluta es un premio al trabajo. Si tiene que llegar esa llamada, llegará. Las futbolistas nos centramos en hacerlo bien con nuestro club. Si tiene que llegar esa llamada, bienvenida será.
- P: ¿La absoluta puede contagiarse del buen momento de las selecciones inferiores?
- R: El fútbol femenino en categorías inferiores lo ha hecho muy bien, con dos oros en los Europeos sub-17 y sub-19. Ahora con nuestra plata en el Mundial sub-20 se ha dado un paso más. Solo queda que la absoluta haga algo importante. La mejor oportunidad llegará el año que viene en Francia. Seguro que lo harán muy bien.