La Real sale viva de Balaídos
En estas fechas es muy fácil recurrir a expresiones típicas de Halloween. Pero es que hay una que le viene que ni pintada al partido que hizo la Real en Balaídos: susto o muerte. ¡Madre mía que sopor! Lo más curioso de todo... los txuri urdin tienen en su mano el billete para la siguiente ronda, porque el 1-1 le pone por delante en la eliminatoria. Ver para creer.
El gol de Juanmi parecía imposible viendo cómo iba el partido, pero el malgueño es lo que tiene. No falla. Aún así, el resultado favorable no puede cambiar el análisis de un partido que en el 90% de las veces se hubiera perdido.
Tras el flojo partido contra el Girona y las malas sensaciones en el Wanda Metropolitano, se esperaba algo mas de los de Garitano. Y eso que se esperaba de más, se produjo de nuevo de menos. El equipo mostró un déficit de fútbol brutal y una falta de creatividad muy preocupante. La salida del balón desde atrás era muy lenta, la presión, intermitente, y enfrente había un equipo que no está en su mejor momento en Liga, y que además sacó un once en el que no estaban los habituales salvo Aspas.
Por el contrario, la Real presentó en Vigo un equipo más reconocible que sin embargo se vio superado por el celeste, que sin hacer un partidazo, su propuesta más ambiciosa hizo que parecieran muy superiores a los txuri urdin. Los gipuzkoanos, con un once que bien podía ser el titular de cualquier partido de Liga, no le dio ni para asustar a los de Mohamed.
Si la primera parte fue gris oscura, la segunda no le fue a la zaga. El meta celeste apenas vio el balón y la Real tenía las ideas planas. Es cierto que los locales también bajaron un poco en estos segundos 45 minutos. Pero es lo que tiene el fútbol. La Real no jugó a nada y con el 1-1 le vale para tener medio billete en su mano de cara a los octavos de final.
La eliminatoria queda abierta. Pero la Real no se puede permitir ser tan rácana. No siempre habrá tanta suerte.
Primera parte para echar la siesta
La Real saltó al césped de Balaídos con un 4-1-4-1, con extremos, lo que podía generar desbordes por bandas a diferencia de partidos anteriores.
No obstante los primeros minutos fueron de tanteo y tenían muy poco ritmo. Amenazaba partido 'turronero'. A los 6 minutos del partido los txuri urdin gozaron de un primer córner, gracias a un disparo lejano de Theo que tocó en David Costas y se fue a la esquina. Hubo un segundo córner al cuarto de hora de partido, pero los donostiarras tampoco supieron sacar petróleo del mismo.
El que sí pudo rascar algo positivo para el Celta fue Pione Sisto en el minuto 16 después de botar una falta desde fuera del área, con la que además Llorente vio amarilla. El chut del danés pegó en el palo y despejó finalmente la defensa blanquiazul.
Posteriormente fue Oyarzabal quien llegó muy bien a la línea de fondo, pero nadie pudo rematar su pase atrás.
Con 20 minutos disputados, los de Garitano parecía que en algunas fases pensaban que la eliminatoria era de 120 minutos y no los 90 del encuentro de ida, porque exponían muy poco. De hecho, el portero del Celta seguía inédito hasta entonces.
La sensación que estaba dejando la Real era muy pobre. Muy metida atrás, sin ideas, con juego plano y con el balón que se aburría más en los pies de los realistas que los propios aficionados viendo el partido"
Había ratos en los que el partido te llevaba a dar cabezadas del poco espectáculo que había en el verde, y si alguien finalmente se quedó frito/a seguro que acertó, porque no se perdió nada. Y si encima le pilló la siesta en el minuto 30 mucho mejor, porque el conjunto celeste pegó un nuevo palo. Esta vez fue Hjulsager quien no acertó.
La sensación que estaba dejando la Real era muy pobre. Muy metida atrás, sin ideas, con juego plano y con el balón que se aburría más en los pies de los realistas que los propios aficionados viendo el partido. Tampoco es que el Celta estuviera cuajando un partidazo, pero con lo poco que hacían les era suficiente para mostrarse superiores a los blanquiazules.
Volvió a 'la vida' Real en el minuto 37 gracias a un error de los vigueses. Sandro le robó el balón a Araújo y la pelota le llegó a Oyarzabal, que disparó a puerta. El eibarrés no pudo, sin embrago, golpear bien el esférico que se marchó al lateral de la red. Solo algunos chispazos de Januzaj traían algo de esperanza a la parroquia donostiarra deseosa de ver a su 'mago' hacer cosas diferentes a los demás a modo de regates o escapadas.
Aspas y Juanmi no perdonan
El Celta buscó más ambición aún en el segundo tiempo con la salida al campo tras la reanudación de Emre Mor y Brais Méndez, por Pione Sisto y Eckert.
La Real de salida seguía por los mismos derroteros. Alargando el partido al máximo, no encajar y si se podía enchufar alguna, marcharse con premio proponiendo lo mínimo.
La prueba más evidente de la situación de la Real en el partido se vio en un robo de Zubeldia en el medio campo. El pivote defensivo del equipo no tenía a nadie por delante a quien pasarle la bola tras el robo, y tuvo que pararse. Esa era la propuesta ofensiva de los blanquiazules.
Esta situación no podía durar mucho. Y se alargó exactamente hasta el minuto 57. Momento en el que el de siempre en el Celta, Iago Aspas, decidió que era el momento de romper el partido. Brais Méndez sacó un córner, Araújo prolongó en el primer palo ante la presencia de... de... de nadie de la Real, y llegó Aspas, en el segundo, para enviar el balón al fondo de la red.
Siete minutos después del 1-0 Rulli salvó a su equipo del segundo con una gran intervención. Previamente Garitano optó por sustituir al que estaba siendo menos malo de la Real en el partido, Januzaj, por Willian José.
Estaba siendo un pésimo partido de los donostiarras. El guardameta Rubén Blanco atrapó en dos tiempos un disparo de Oyarzabal, que era lo único que habían hecho los blanquiazules en ataque en 25 minutos del segundo tiempo.
En el 82 llegó la ocasión más clara para los txruri urdin en todo el encuentro. Juanmi remató a la media vuelta un balón que nadie podía controlar en el área, pero surgió la figura de Rubén Blanco para desviar la pelota a córner.
Y lo que son las cosas. Cuando el Celta ya se veía con un pie en octavos llegó el gol del empate de Juanmi en el 89. El malagueño recibió un pase de Sandro y batió a Rubén Blanco con un disparo cruzado desde el interior del área. Juanmi sigue con su idilio en Balaídos y además el tanto llegó con dedicatoria especial: va por Luca Sangalli.
Con el 1-1 se terminó el choque y la Real, aunque parezca mentira, sale con vida de esta eliminatoria.
La vuelta
Los txuri urdin no volverán a jugar el partido de vuelta hasta el próximo 5 de diciembre, en Anoeta. En este se choque se decidirá qué equipo pasa a los octavos de final. De momento la Real lo tiene en su mano.
Hasta entonces toca centrarse en la Liga, y el reto más próximo es el de este domingo ante el Sevilla en Anoeta a partir de las 18.30 horas. Un rival complicado pero al que toca ganarle tanto para sumar los 3 puntos, como para brindarle un triunfo a la afición que aún no ha visto ganar a su equipo en su estadio en lo que va de temporada. Y ya va siendo hora... pero por favor. Que vuelva la Real, la reconocible. Porque hasta ahora yo no la he visto.
