"Antes me tomaba el jugar como una obligación, ahora siento que me lo gané"
El portero de la Real Sociedad Gerónimo Rulli ha vivido dos situaciones completamente opuestas en lo que se lleva disputado de temporada. Comenzó jugando en LaLiga, pero después pasó a la suplencia y atravesó un momento complicado. Una lesión de Moyá le devolvió la titularidad en el Santiago Bernabéu en el primer partido de 2019 y desde entonces todo ha cambiado de nuevo para él. Está con una gran confianza y viviendo su mejor momento desde que viste la elástica txuri urdin. Esto es lo que le cuenta el argentino a ElDesmarque Gipuzkoa en la entrevista realizada en Zubieta:
-La confianza del equipo y de los jugadores a nivel individual es fundamental para que las cosas vayan bien. ¿Usted llegó a perderla en algún momento?
“Obviamente que es fundamental. Yo ahora más que nunca me doy cuenta de que el jugador es un estado de ánimo. Si estás bien es muy difícil que las cosas te vayan mal. Cuando no estás centrado o no tienes la cabeza donde la debes de tener, que es en el verde, es difícil que las cosas te salgan bien. Lo más factible es que no salgan como uno quiere. No sé si llegué a perder la confianza, pero sí que igual no ponía toda la energía en jugar en la cancha, en atajar, que es lo que mejor hago, sino en diferentes cosas. Pensaba mucho más allá de lo que es un partido de fútbol, y eso me quitaba energía para que, a la hora que tenía que actuar, no lo hiciera de la mejor manera”.
-¿Y qué le hizo cambiar de chip?
“El trabajo fuera de la cancha. A mí el hablar con Imanol Ibarrondo, nuestro coach, me sirvió un montón para darme cuenta de esto, de que le estaba igual dando más energía a otras cosas que a lo verdaderamente debía de hacer, que era atajar. Logré verlo y darme cuenta de que era tan cierto como eso, que lo que estaba haciendo no estaba bien, pero no lo hacía a propósito. Salía así porque sí, y fue pensar mejor, cambiar las ideas un poco, y a partir de ahí todo salió bien. Yo sabía que entrenamiento no me faltaba y trataba siempre de dar lo mejor, pero las cosas no me salían. En ese sentido, cuando tuve más reordenada mi cabeza y me centré más en lo que tenía que hacer, las cosas empezaron a ir solas porque verdaderamente me sentía bien entrenado y muy bien físicamente”.
"Antes tomaba el jugar los partidos como mi obligación. Pensaba ‘ya llega el fin de semana y tengo que jugar sí o sí’, era como mi trabajo, y no sé si lo disfrutaba o si sentía que me lo había ganado"
-¿Llegó a pensar en algún momento que se estaba siendo injustos con usted y que las críticas eran excesivas?
“No, obviamente el futbolista convive con las críticas. Es cierto que el año pasado cuando me lesioné vino Miguel (Moyá) y él también había dado un nivel muy alto. Luego nos fuimos de vacaciones y a la vuelta me tocó a mí empezar jugando en LaLiga. La gente sabía el nivel que había dado y creía que era el adecuado para jugar al comienzo, así que no sé si fueron justas o injustas, lo único que puedo decir es que obviamente las críticas sí duelen y no quieres que pasen, pero a mí me hicieron más fuerte y hoy por hoy soy mucho mejor gracias a todas esas críticas”.
-¿Es de los que lee las puntuaciones después de un partido?
“No me gusta leer ni lo bueno ni lo malo. Trato de ser autocrítico conmigo mismo. Yo sé cómo paré o cómo jugué. Uno es su propio periodista y autocrítico, y en ese sentido me aíslo bastante de lo que son las puntuaciones. No hay nadie mejor que uno mismo para ser objetivo y, a partir de ahí, encarar el siguiente partido”.
-Ha declarado recientemente que se encuentra en su mejor momento desde que llegó a la Real, sin embargo ha pasado anteriormente otras buenas etapas como txuri urdin como su primer año, cuando el equipo se clasificó para Europa League… ¿por qué siente que es ahora cuando mejor está?
“Principalmente porque no me había pasado lo que ocurrió al principio de esta temporada. Nunca me había pasado el estar en el banco o que me duela el no jugar. Creo que antes tomaba el jugar los partidos como mi obligación. Pensaba ‘ya llega el fin de semana y tengo que jugar sí o sí’, era como mi trabajo, y no sé si lo disfrutaba o si sentía que me lo había ganado. Ahora siento eso, que si juego es porque me lo gané, porque lo trabajé durante toda la semana y porque verdaderamente fui merecedor de ese puesto. Y obviamente tener que rendir dentro de la cancha, porque uno puede hacer un buen entrenamiento y salir al campo y que no salga nada. Me siento mejor por eso, porque ahora tengo esa experiencia que no había tenido con anterioridad y creo que soy más completo a la hora de tomar decisiones”.
-Siempre se destaca su gran habilidad bajo palos, pero hay más dudas cuando le toca salir. ¿Cómo se está viendo en este sentido?
“Trabajándolo. De hecho hay entrenamientos en los que es todo juego aéreo, lo peor de todo es que yo sé que en el juego aéreo soy mejor de lo que estoy demostrando ahora. Sí puede que esté dejando dudas o más bien que podría hacer las cosas de diferente manera a la hora de actuar, pero son circunstancias de partido y en otro momento igual esté mejor en esa faceta y en cambio el rival te chute un balón y me haga gol. Lo que hay que hacer es entrenar y ser regular. Gracias a Dios en la actualidad las cosas nos están saliendo bien en lo individual y colectivo y eso es lo importante. Se debe de mejorar siempre, en este caso el juego aéreo, la salida de balón, el uno contra uno… tratar de ser un portero más completo para el club y para mejorar yo también como portero”.
-De sus últimas actuaciones, ¿con cuál se queda?
“La del Santiago Bernabéu porque volvía a atajar después de tres meses, porque lo hacía en un campo como ese, ganar al Real Madrid, el primer partido del año… eran muchos los condimentos que hacían que fuera especial. Y si me tengo que quedar con un partido de este año sería ese, aunque luego llegó el choque contra el Espanyol en Anoeta, que fue el primero después del último que había jugado en la primera vuelta contra el Rayo en casa, y también fue especial”.