Odegaard (42')
A sufrir a Miranda
El fútbol se juega con los pies, pero también mucho con la cabeza. La Real Sociedad encaraba esta semifinal de la Copa del Rey ante el Mirandés con el rol de 'favorita' y terminó sufriendo mucho para llevarse un resultado positivo de este partido. Los de Imanol ganaron, pero viajarán a Anduva con las espadas abiertas porque el marcador final fue de 2-1, con lo que supone un gol fuera de casa.
A los txuri urdin les pesaron las piernas. En ningún momento se les vio cómodos en este partido en el que los de Iraola demostraron por qué han dejado en la cuneta a tantos Primeras. Jugaron bien, sin miedo. Tuvieron sus ocasiones y salieron vivos del Reale Arena.
La jornada había sido una fiesta en la previa con una afición que hizo un recibimiento impresionante a los suyos con bengalas, cánticos y pasillo al autobús. Los jugadores sabían que no les podían fallar.
Los de Imanol renunciaron a su personalidad por muchos momentos. El miedo a no encajar gol les llevó a no dar velocidad a su juego, a no meter ritmo a la pelota. Estaban bloqueados. El mediocampo de los realistas no lograba sostener el partido y el balón duraba muy poco. Tuvo que ser un penalti transformado por Oyarzabal el que permitiera abrir el partido, aunque no tardó en empatar el Mirandés. Afortunadamente Odegaard se recuperó de su error anotando el 2-1. Y más allá de los goles apenas hubo más ocasiones de peligro.
Había miedo, y también se notaba en la grada. Incluso los jugones de la Real no estuvieron finos. Mucha imprecisión. Los guipuzcoanos se la jugarán en Anduva.
El miedo a encajar 'agarrota' a la Real
Las intenciones estaban claras de inicio. Los de Iraola no tenían prisa en jugar el balón sabedores de que tienen una oportunidad en su casa dentro de tres semanas. Pero tampoco especulaban cuando el esférico llegaba a sus piés. De hecho Martin Merquelanz obligó a Remiro a emplearse a fondo al poco de empezar. Los de Imanol tampoco querían precipitarse. Pero ya desde el principio se notaba que la responsabilidad en los txuri urdin era grande.
Y eso que el partido no pudo ponerse mejor para los de Imanol. A los siete minutos la picardía de Portu fue clave. El murciano se adelantó a Odei, que perdió la posición y arrollo al txuri urdin. Gil Manzano no tuvo dudas: penalti. Portu se coló cuando parecía que el defensa tenía la ventaja y Mikel Oyarzabal no falló. Con una sangre fría increíble, el eibarrés lograba abrir la lata. Fiesta en el Reale Arena.
Un gol importante ya que cambiaba el partido e iba a obligar al Mirandés a abrirse más. Sin embargo, y pese al 1-0 en el marcador, la Real no terminaba de estar cómoda del todo. Faltaba algo de tranquilidad y que el mediocampo txuri urdin retuviera un poco más el balón.
En los visitantes el juego se volcaba completamente por la izquierda con un Martin Merquelanz que era el mayor peligro de los burgaleses. Tras unos minutos en los que los guipuzcoanos habían empezado a enlazar más jugadas de ataque principalmente por medio de Oyarzabal y Odegaard fueron los visitantes los que poco a poco se hicieron con la pelota. De hecho a la Real le estaba costando crear oportunidades. La circulación de balón por parte de los de Imanol no era fluida. Se notaba que las piernas pesaban más de lo normal. La responsabilidad era grande.
Tras un centro bueno de Isak al que no pudo llegar nadie, el Mirandés gozó también de una buena oportunidad. Contra de los burgaleses, y Matheus se acabó haciendo un lío cuando se enfilaba hacía la meta de Remiro. Pero el jarro de agua fría llegó en el 39'. Martin Odegaard se confío al sacar la pelota jugada y la perdió, por allí andaba Malsa para cedérsela al brasileño, y Matheus, tras recortar y colocársela la cruzó bien haciendo imposible la estirada de Remiro. No estaba bien la Real. El empate tampoco podía sorprender. Ahora sí que iban a hacer falta goles.
Menos mal que solo dos minutos después de su error, el propio Odegaard lograba de nuevo adelantar a los txuri urdin. Limones se lució con dos paradas impresionantes en la misma jugada, primero a tiro del propio futbolista noruego y luego a otro de Portu, y en el tercer rechace Odegaard ya no falló y su zapatazo volvía a poner en ventaja a los realistas (2-1).
Poco después se alcanzaba el descanso, una primera parte en la que no estaba funcionando ni el centro del campo ni el ataque realista. Lo mejor había sido el resultado. la Real estaba pagando el peso de la responsabilidad y la condición de 'favorita'. También el renunciar a algunos de sus ideales como jugar en largo por tener alejada la pelota de su portería ante el miedo de encajar goles. Algo que encima no había conseguido. La segunda parte debía ser otra historia si se buscaba conseguir una ventaja mayor e ir a Anduva con la eliminatoria más o menos encarrilada.
Mejor el Mirandés
La segunda mitad arrancó con una oportunidad inmejorable para haber anotado el 3-1. Limones salvó el tercero tras disparo potente de Portu, el rechace le llegó a Isak, que no estuvo rápido y despejó el equipo burgalés.
Tras un buen disparo de Antonio Sánchez que detuvo Remiro llegó otra buena oportunidad para la Real. Un disparo de Portu que se escapó alto tras un buen centro de Oyarzabal que el extremo remató en el segundo palo, pero por encima de la portería.
Seguía echándose de menos una mayor velocidad en el juego por parte de los txuri urdin. Y el miedo a un segundo gol del Mirandés se palpaba. Los de Iraola no estaban demostrando ser ni mucho menos un equipo de categoría inferior. De hecho casi dejaron en shock a la parroquia realista en el 62' pero el meta de Cascante logró hacerse con la pelota . El disparo posterior de Merquelanz se fue alto por poco. La Real había perdido casi hasta el balón porque no le duraba nada.
Se esperaba más de los de Imanol en la segunda mitad pero de momento eran los visitantes los que estaban mejor sobre el terreno de juego y generando mayores ocasiones de peligro. En el 66' el técnico oriotarra introdujo los primeros cambios para tratar de cambiar la tónica del encuentro. Willian José y Guevara entraron al terreno de juego en lugar de Isak y Aritz Elustondo. Hacía falta más por parte de los jugones.
Remiro despejó bien un disparo de Kijera y poco después saltó Januzaj en lugar de Oyarzabal. El Reale Arena y este partido requería de la magia del belga porque el equipo estaba muy espeso.
El equipo no mejoró con los cambios. Incluso las mejores ocasiones en los minutos que quedaban de partido fueron para el Mirandés. Afortunadamente Remiro estuvo atento unas veces, y los jugadores visitantes desacertados en otras.
El partido no dio más de sí salvo un remate de Guridi en propia portería bastante peligroso. Jarro de agua fría pese a la victoria y a jugársela a Miranda el próximo 4 de marzo. Se va a hacer largo y habrá que pelear mucho. Este partido debe servir para ir a Anduva con la lección muy aprendida.
Próxima jornada
El partido de vuelta de semifinales de Copa del Rey no se disputará hasta el 4 de marzo. Ese día Anduva acogerá el encuentro a partir de las 21 horas. Antes, la Real Sociedad volverá este domingo a LaLiga Santander, con el partido que le enfrentará al SD Eibar en Ipurua, a partir de las 16 horas.
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