Orgullo, como mínimo
Partido grande, grande por el escenario, grande por los rivales, grande por los jugadores, grande por los antecedentes, grande por el lema que el Sevilla lucirá en su camiseta, grande por la dimensión de la hazaña que intentará el equipo nervionense, grande por la rivalidad. Todo Barcelona-Sevilla, sobre todo en los últimos años, cuenta con alicientes de todo tipo, y este no iba a ser menos. De hecho es más. El partido tiene una previa facilona, sencilla y evidente. El Barcelona es casi inexpugnable, no recibe goles en su estadio desde abril, no pierde en casa desde hace un año, ante el Hércules, cuenta en sus filas con el mejor jugador del mundo, Messi, que además tiene al Sevilla en una de sus víctimas favoritas (10 goles en la Liga), y un delantero que ante el equipo hispalense se crece, Villa (12 goles a los hispalenses). Para colmo recupera a Cesc, camina en franca mejoría y tiene por costumbre últimamente golear a todo equipo que luce el escudo sevillista en el pecho. Caen cuatro o caen cinco, indistintamente, y apenas compiten los blanquirrojos últimamente en el Camp Nou.
Viendo estos datos, estas singularidades y siendo lógico y realista, el Sevilla, como todo equipo que visita el Camp Nou, se agarra a la épica, la heroicidad y a la fe, más que al fútbol, porque por ahí al Barcelona no hay quien le meta mano.
Y viendo estos datos, estos antecedentes, viendo o imaginando acaso los futbolistas de azulgrana, es lógico, realista y casi sensato tener en cuenta que en esta batalla casi perdida de antemano no hay, no se debe, no es recomendable, gastar ni municiones, ni efectivos ni esfuerzos. Será comprensible pues que Marcelino solo juegue con un delantero, que Kanouté, como se prevé, empiece en el banquillo, y que incluso Alexis pueda tener su oportunidad. Declaración de intenciones, sin duda, que se suma además a las importantes bajas sevillistas (Spahic, Negredo y Perotti). Marcelino intentará innovar (por primera vez en la temporada, otra declaración de intenciones del banco de pruebas en el que se ha convertido el Camp Nou) con cuatro atacantes móviles, versátiles y dinámicos en este choque. Armenteros, Trochowski, Manu incluso, Navas serán las punta de lanza de un equipo que quiere intentar sorprender, imaginarlo acaso, con armas muy 'culés', o eso pretende. Presión arriba, movilidad en ataque, pocas referencias y sorpresa, y luego defensa, claro. Como si fuera fácil ante los blaugrana.
Hasta aquí esa previa lógica, deportiva, previsible por los contendientes y por la entidad del partido. Pero en este duelo hay más. Hay un lema, Orgullosos de Andalucía, hay una respuesta, la del Sevilla a políticos bocazas, y hay una tensión implícita por la defensa del orgullo andaluz en una de las cunas del catalanismo. Ese lema lo sentirán pocos en el equipo nervionense, seamos sensatos. Varas, Alexis, Navas y Manu del Moral representarán el poder andaluz en Can Barça, dos sevillanos, un malagueño y un jiennense. Pero el mero hecho de que esa frase aparezca en el Camp Nou, de que sea reflejada en todo el país, y parte de Europa, debe dar un plus al partido, al Sevilla. Dota al encuentro de un significado, al menos en la previa, más allá de lo futbolístico. Si ese orgullo se plasmara en los futbolistas, otro gallo podría cantar. El problema es que Messi también estará orgulloso de algo, se supone.
Alineaciones probables:
FC Barcelona: Víctor Valdés; Daniel Alves, Mascherano, Puyol, Abidal; Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro, Messi, Villa.
Suplentes: Pinto; Fontás, Maxwell, Cesc, Adriano, Keita, J. Dos Santos, Tiago, Cuenca.
Sevilla FC: Javi Varas; Cáceres, Alexis, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Medel, Campaña, Armenteros; Trochowski; Manu del Moral.
Suplentes: Palop; Coke, Luna, Fazio, Rakitic, Luis Alberto, Kanouté.