Buenos y malos alrededor del Betis

En los últimas meses, semanas, días, todo lo que sucede en el Betis o alrededor del Betis viene cortado por un mismo patrón, se ve a través de un mismo prisma. A veces demasiado escrupuloso. 

Todo lo que acontece alrededor del Betis, a nivel institucional sobre todo, encuentra de inmediato partidarios y detractores, y a veces de forma innecesaria, porque a veces hay más ánimos de enfrentamiento que enfrentamiento mismo.
El último, que ha llamado la atención, ha sido el episodio relativo a la Escuela de Fútbol de Miki Roqué y la postura del club verdiblanco al respecto. Bien. La postura del club en este caso obedece a toda la lógica del mundo y a un procedimiento de actuación recomendable, más en asuntos espinosos como estos, en los que el nombre de Miki Roqué resuena con un eco mayor si cabe y en discursos que nada tienen que ver con él.
La postura del club, decíamos, es lógica. Al menos la que respecta a una Escuela que, respetable, no ha contado con el Betis para liderar ese proyecto de escuela, seguramente porque desde la organización particular tampoco se veía oportuno que el club copara todo el proyecto. Por ello, y si a la entidad se le requiere una colaboración sesgada, puede que incluso oportunista, es lógico que el Betis ponga distancia al respecto. Otra cosa es que sea recomendable y aconsejable que el club se ponga al frente, y no en sentido figurado, sino en iniciativa, de todos estos proyectos. Debe (se supone) haber trabajadores cualificados en la sociedad, o en la Fundación del Real Betis, que para algo deben de estar, imaginamos, que sean los que abanderen estos bonitos proyectos. Eso sí que de se lo debe mirar el club.
En cuanto a la Escuela, es totalmente respetable poner en marcha proyectos así. Otra cosa es si los procedimientos y los pasos dados son igualmente respetables, sobre todo teniendo en cuenta la familia de Miki. Si ha sido así, pues adelante el proyecto. Si no lo ha sido o los pasos, alguno de ellos, se ha dado en falso, no tardaría en aflorar. Que todo discurra de forma natural será la mejor señal posible.
Sin necesidad de buscar a los buenos o a los malos. A lo mejor no los hay, y tan solo se trata de listos, rápidos, avispados, imaginativos, considerados o preparados.
 
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