Monchi el 'firme'
Quizás llegue con algo de retraso, algún año que otro, pero de lo que no se puede dudar es que este verano el director deportivo del Sevilla, Monchi, está actuando con una decisión y una firmeza, en adquisiciones y salidas, que se echaba de menos y que, además, siempre viene bien para sentar bases sólidas de un nuevo proyecto.
De entrada, es imprescindible no titubear con los futbolistas con los que no se cuenta. Es una asunción de errores decir a Manu del Moral, Botía, Alexis, Babá y compañía que no tienen sitio en el equipo y que lo mejor que pueden hacer es, por ejemplo, aceptar una cesión del Elche. Porque si Manu del Moral no le vale a Emery, no le vale cueste cuatro millones o cuatro euros. Eso es actuar con firmeza. Y también lo es prescindir de Babá por muchas buenas maneras que haya que tener con Doyen (que hay que tenerlas por varias razones). Todo lo contrario habría sido un sinsentido.
Es cierto que en este capítulo de decisiones rotundas puede haber alguna que otra que provoque daños colaterales o que, directamente, no se entiendan demasiado. El máximo exponente es Javi Varas, al que se le renovó con un buen sueldo para luego no contar con él. Pero habrá que incluirlo en el capítulo de asunción de errores.
Para acometer una revolución como la que pretende acometer el Sevilla no debe andarse con dudas. Y de hecho debería resolver las que tiene aún en la plantilla, como la de Maduro, por ejemplo, un jugador al que se le muestra la puerta de salida, pero cuyo futuro (firmó la campaña pasada) aún no está definido. El holandés es un ejemplo de la falta de competitividad de la plantilla. No por su culpa, pero dejarlo en el plantel es dar por hecho que será el suplente eterno de Medel y Kondogbia, y sería una vuelta a los errores de las últimas temporadas.
También está actuando con firmeza el Sevilla en los fichajes. Su apuesta en ataque es clara, suplir los goles del máximo goleador nacional en España con el máximo goleador de Rumanía y con el máximo goleador de Bélgica. Las diferencias entre aquellas y nuestra liga son notables, pero es una apuesta, firme, la de acudir a mercados donde el Sevilla es cabeza de ratón antes que cola de león.
También está actuando con firmeza en la defensa. Cree en Fazio, acuerda su renovación pero se desprende de Botía y Spahic para formar una nueva zaga. La defensa había que renovarla profundamente y parece que así será.
La misma firmeza muestra el Sevilla con algunos de sus canteranos, para bien o para mal. Esa generación perdida, preludio de la formada en la fórmula de la tecnificación, se diluye. Se fueron Luis Alberto y Luna, Campaña va camino de perderse también. Y, aunque puede haber opiniones de todo tipo, queda claro que el Sevilla no ha creído demasiado en esa generación y sí pone sus esperanzas en la siguiente, la que abanderan Curro, Cotán y algunos bicampeones de España con los juveniles. Se podrán tener discrepancias, pero el criterio del club nervionense es ese, y con él camina hacia el futuro.
También ha sido firme el Sevilla con las ventas de sus estrellas. Vendió a Navas, malvendió en la opinión del que suscibre estas líneas, y quiere vender a Negredo. Más allá de la palabrería futbolística del presidente, lo tenía claro desde hace semanas, quería vender a sus dos mejores futbolistas por lo que cobran y por lo que podría ingresar por ellos. Pero el club necesitaba liquidez, mucha liquidez, para pagar fichas y para fichar.
El caso es que el Sevilla parece tener claro, más que nunca, lo que quiere y, sobre todo, lo que no quiere. Y si Unai Emery tiene las cosas igual de claras al menos no habrá que aguantar durante el año teorías deportivas que perjudiquen al propio equipo en defensa de errores injustificables. Por ahí empieza la revolución, por ahí ha empezado.
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