No diga gol, diga Mel
Se encuentra el Betis de Mel con un problema que no había tenido antes. Falta gol. Sin Rubén Castro, Campbell, Pabón o, remontándonos incluso más atrás, sin Roque Santacruz, es hasta normal. Debería tratarse de un problema pasajero. El equipo llega mucho y, además de estar recuperado el canario, Jorge Molina atesora muy buenos números y futbolistas como Cedrick, Chuli, Braian, Verdú y Nosa tienen que aportar su cuota de acierto de cara a la meta rival.
El idilio del Betis con la meta rival en las últimas temporadas ha sido una cuestión de acierto, de nivel alto de sus atacantes, pero sobre todo, de estilo. El Betis ha jugado al intercambio de golpes, ha sido un equipo valiente y ha encontrado con facilidad la portería contraria. El problema es que cuando falta acierto sale a relucir la teoría de la manta corta y en Primera división cualquiera te hace un traje. El Betis lo falló todo ante el Celta y los gallegos no perdonaron. Normal. No se debe repetir.
Otra cosa sería cuestionarse la posibilidad de que llegue un nuevo atacante. Es difícil porque la caja no está para grandes alegrías y porque Braian y Chuli acaban de llegar y si no sirven, tendrán que demostrarlo. Pero merecen el beneficio de la duda. Mel lo está pidiendo a gritos, pero de malas maneras. No es de recibo, por mucho que quiera 'picar' a los suyos, que diga que ante el Celta se "habría inflado a meter goles", porque esas cosas molestan dentro de un vestuario. Y para el que tenga la duda, sus números en el Betis tampoco fueron mucho más espectaculares que los de Jorge Molina, por ejemplo. En 112 partidos a lo largo de cuatro temporadas metió 50 goles, 12,5 por temporada. Sin ir más lejos, Molina marcó 13 la pasada temporada en Liga y este año lleva uno. Es un futbolista útil y muy barato para la cantidad de tantos que anota.
Estoy de acuerdo en que el Betis debería fichar un punta si a Mel no le gusta lo que hay, pero debe decirlo de otra manera. El equipo perdió porque falló goles, pero también lo hizo porque Sara, el portero por el que sustituyó a Andersen, no estuvo bien. Y porque el centro del campo fue un desastre en la segunda parte. Nosa y Verdú sin quedaron sin gasolina después de no rotar en tres partidos consecutivos.