Así se vivió la fiesta en el vestuario
Júbilo, éxtasis, pero sobre todo, alegría desbordada en todos y cada uno de los jugadores sevillistas. Engalanados con banderas y bufandas, los integrantes de la plantilla no pararon de cantar y bailar desde el pitido final de Jonas Eriksson en la final Liverpool-Sevilla de la Europa League.
La plantilla nervionense disfrutó de lo lindo en conjunto. La quinta Europa League llega a las vitrinas del Sánchez Pizjuán y con ella la fiesta y el jolgorio, como el que se vivió en el interior de St. Jakob Park. En el vestuario, como demostraron las imágenes de Bein Sports, los jugadores bailaron, recibieron felicitaciones y tuvieron el detalle de también hacerse una foto con la Copa y con Tremoulinas, que estaba en la camilla por su reciente lesión en el tendón rotuliano.
Con la segunda final prevista para el domingo, las celebraciones oficiales por la ciudad hispalense se trasladarán al próximo lunes.