Caparrós y la guasa del derbi: "La que me están dando..."

Si el Sevilla FC ha tenido en su historia a un entrenador que ha vivido con pasión el derbi ese ha sido, sin lugar a dudas, Joaquín Caparrós. Genio y figura en el aspecto motivacional, también se erigió como enemigo público número uno del beticismo.

Al utrerano siempre le ha gustado la guasa de la eterna rivalidad hispalense, y ha dado muestras de ello incluso siendo entrenador de otros clubes, por lo que ahora le ha tocado recibir debido al resultado que logró el Real Betis el pasado sábado en el Sánchez-Pizjuán.
“Te puedo contar yo la guasa que hay, te puedes imaginar la que me están dando. Pero tela, tela, tela. No me enfado, es señal de que todavía me tienen en mente los contrarios, aunque han pasado muchos años. Cada vez que me mandan algo me vengo arriba, que todavía se acuerden de mí… se acuerdan más de mí los del barrio de enfrente que los mismos nuestros”, ha explicado el exentrenador sevillista en la entrevista en exclusiva concedida a ElDesmarque.
Especialmente recordada por los béticos ha sido la manita con la que les saludó semanas después de que su equipo recibiera cinco "Te puedo contar yo la guasa que hay. Me están dando tela, pero no me enfado. Es señal de que todavía me tienen en mente los contrarios".goles en el Sánchez-Pizjuán cuando entrenaba al Mallorca, algo que le han recordado mucho en estos días. “Muchísimos gestos, pero eso es un tema que tengo que asumir. Yo invito a ese tipo de cosas, por eso cuando fui al partido y algunos béticos camuflados se acercaban y me decían cuatro cosas, pues yo le decía ‘disfruta muchacho, que a lo mejor te queda muy poco de disfrutar’”, encajaba con deportividad.
También dejó su ‘mijita’ de guasa al responder a la pregunta de si los verdiblancos están celebrando demasiado la victoria en el derbi. “Son libres de hacer lo que quieran. A lo mejor están celebrando mucho y se olvidan de que tienen que jugar otro partido con tres puntos. Cada uno puede hacer lo que crea. Después de mucho tiempo es normal que ahora, que estaban todos muy calladitos, a su amigo, al vecino, al primo, le digan lo que tengan que decirle y sea una semana de guasa para ellos”, sentencia.