Aquí estamos contigo, Sevilla

Compartir la gloria de tu escudo, el orgullo del fútbol de toda una ciudad. Eso es lo que buscará el Sevilla en el gélido ambiente de Vigo. Volver a presumir de su laureada historia, hacer gala a la eficacia que tanto ha demostrado en partidos importantes, impregnar una esencia que siempre huele a campeón. La fragancia del que florece, resucita y juega finales en primavera. La del mismo que únicamente da un paso atrás para coger impulso y que abandera un lema que reza que por cada caída siempre hay una esperanza. Aquella misma a la que se agarran miles de sevillistas que estarán aquí, allí con su equipo, sabedores de lo que supone este encuentro de cara a las aspiraciones europeas para el próximo curso.

El Sevilla visita este sábado Balaídos en la trigésimo primera jornada del campeonato liguero, en el que se postula como uno de los duelos más atractivos de esta cita sabatina. Un encuentro con un sabor envenenado, pues la vuelta continental del Allianz Arena no debe empañar lo que supone una final anticipada para la entidad, pues podría descolgarse de Europa en caso de caer derrotado y perder el colchón de puntos con todo un rival directo como lo es el conjunto celtiña. 
Si bien es cierto que los números del equipo son sobresalientes en las competiciones coperas, desde la llegada del napolitano el pasado mes de enero, Montella se ha convertido en el peor debutante en liga del presente siglo. Un total de 17 puntos, con más derrotas que triunfos, que hacen peligrar los puestos europeos para el Sevilla un lustro después, con lo que eso supondría para la entidad. Contando únicamente sus partidos, el equipo sería el noveno clasificado por lo que debe encontrar las soluciones necesarias para revertir esta situación y asemejar el rendimiento al de Liga de Campeones o Copa del Rey.
La mencionada carga de minutos y el trascendental choque continental del próximo miércoles generarán que haya hasta cuatro novedades en el once respecto al pasado martes. El once tipo de Montella que tanto sabía de memoria el sevillismo comienza a tener leves cambios cada semana y este sábado los principales llegarán en los laterales. David Soria ha sido ratificado por el propio técnico y todo parece apuntar a que sea el que defienda el arco rojiblanco de aquí a final de temporada. La caída de la convocatoria de Escudero y el peso de partidos de Navas harán que Arana y Layún sean quienes defiendan los flancos, custodiados por Kjaer y Lenglet en el centro de la zaga.
En la medular, Montella repetirá con el doble pivote conformado por Pizarro y Nzonzi, siendo Banega quien mueva la pelota un paso por delante. Franco Vázquez tendrá merecido descanso en Vigo, de ahí a que la zona de máquinas la conformen tres hombres. Correa y Sarabia pondrán la dinamita en las alas y Ben Yedder repetirá titularidad en la punta de ataque.
En frente, un Celta de Vigo que puede estar ante la última oportunidad de engancharse a la lucha por los puestos europeos, de ahí que también se tome este encuentro como una final. La irregularidad es la tónica habitual que ha marcado la temporada del conjunto celeste, que ha ganado dos únicos partidos en los últimos meses, de ahí que resulte complicado vaticinar el rendimiento que puede ofrecer el equipo ante un rival directo como el Sevilla. 
Precisamente esa incapacidad del equipo para marcar un camino firme es lo que ha marcado la convocatoria de Unzué para el partido, siendo Emre Mor el principal señalado por su déficit de rendimiento. Otra de las ausencias destacadas la marcará Maxi Gómez, baja por lesión. En su lugar han entrado Brais Méndez y alemán del filial Dennis. La mencionada baja del uruguayo generará un cambio de sistema en el once de Unzué, que previsiblemente ejercerá un 4-3-3, con dos únicos cambios respecto al empate frente al Athletic pues Brais ocupará el ala derecho y Rubén volverá a la portería tras recuperarse de sus molestias.
Celta de Vigo: Rubén, Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny, Lobotka, Radoja, Wass, Brais, Boyé e Iago Aspas.