Lo imposible

Reposan los restos en la Catedral de Sevilla, cerca de donde Rummenigge y la historia viva del Bayern fueron agasajados hace una semana, de uno al que llamaron loco, ido, y que cambió la historia echándose a la mar.

Metros más allá, también en la Catedral sevillana, reposan otros restos, los de un Rey que peleó por amparar bajo un mismo manto lo que todos creían imposible, la convivencia de tres religiones en paz, y así lo confirma su epitafio en latín, árabe y hebreo.
Un compositor, alemán por cierto, de los mayores autores musicales de la historia, perdió la audición hasta quedarse sordo, lo que no le impidió regalarnos las mayores composiciones de la humanidad.
Un niño, germano, que padeció autismo, que no habló hasta los tres años, logró lo que muchos que le conocieron nunca habrían creído, alcanzar la cumbre científica y cambiar nuestro mundo con sus teorías.
Un norteamericano que perdió la movilidad y el habla por su esclerosis, pero siguió adelante, peleó con voluntad y se convirtió en una de las personas más importantes del siglo XX, uno de los científicos al que le debemos gran parte de cómo entender nuestro universo actual.
“El único límite para nuestros logros de mañana está en nuestras dudas de hoy”, decía un hombre que llegó a ser presidente de los Estados Unidos a pesar de su poliomelitis, que lo dejó en silla de ruedas.
Aquella niña que dejó de ver y oír al año y siete meses... una vida entera sin vistas ni sonidos… llegó a ser escritora, periodista y una de las grandes activistas políticas del siglo XIX y XX.
Eso de escribir tampoco se le dio mal a un manco que llegó a realizar la mejor obra literaria de todos los tiempos, ingeniada y pensada, dicen, entre barrotes en una cárcel sevillana.
Un ingeniero apasionado de los aviones, desafiando la historia, el frío, la lluvia, el viento, el sueño, logró cruzar el Atlántico por primera vez en avión en 33 horas, de Nueva York a París sin escalas. Muchos le daban por muerto antes de arrancar ese viaje.
Un vikingo se echó a la mar poniéndose en manos de sus dioses, de la mar y el viento, sin saber qué se encontraría, si sobreviviría, y tocó tierra descubriendo la tierra del hielo. 
Un marino español se embarcó en una aventura para dar la vuelta al mundo comandado por un portugués y acabó tomando las riendas para lograr uno de los mayores hitos marítimos de toda la historia. Se frotaron los ojos aquellos que los vieron salir de Sevilla tres años antes cuando volvió a la ciudad hispalense. Casi nadie creía lo que había conseguido.
Cristóbal Colón, el Rey San Fernando, Ludwig van Beetohoven, Albert Einstein, Stephen Hawking, Franklin Delano Roosevelt, Hellen Keller, Miguel de Cervantes Saavedra, Charles Lindberg, Naddoddr, Juan Sebastián Elcano. Todos ellos, en algún momento de su vida, escucharon esas palabras, “es imposible”, “no es posible”, “es de locos”, “jamás se hizo”. Y sin embargo nuestras vidas, nuestra historia es lo que es gracias a ellos, gracias a que fueron más allá de la lógica, gracias a que siguieron cuando todos paraban, gracias a que confiaron cuando nadie confiaba, gracias a que creyeron en lo que nadie creía.
Da igual qué once, da igual cuáles, da igual cómo, da igual el dónde y da igual con quién y contra quién, da igual cuántos. Este miércoles, con los ojos de Europa puestos en Múnich, Sevilla no te rindas, salta al campo y cree. La historia se levanta sobre hazañas y se hunde sobre aquellos que no lo intentaron. Sevilla, haz posible lo imposible.
Alineaciones probables:
Bayern Múnich: Ulreich; Kimmich, Boateng, Hummels, Alaba o Rafinha; James Rodríguez, Javi Martínez; Robben, Müller, Ribery; y Lewandowski.
Sevilla FC: David Soria; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Sarabia, Mudo Vázquez, Correa; Muriel.