El 'más uno' de Setién

La consistencia defensiva lograda por el Betis, la que le ha hecho encadenar seis victorias consecutivas y no encajar en los últimos cinco partidos, se ha traducido en que por primera vez desde hace muchas jornadas el equipo de Quique Setién tenga una ventaja de un gol a su favor en su coeficiente particular (54 a 53).

El Betis llegó a ser uno de los equipos más goleados de LaLiga Santander, aunque su racha de victorias ha equilibrado los números al tapiar su portería y marcar en la otra hasta ser, con los mismos 54 goles a favor que el Atlético de Madrid, de los más anotadores tras el Barcelona (83), Real Madrid (80), Valencia (61) y Real Sociedad (60).
Fue sentarse el cántabro en la sala de prensa tras la victoria ante Las Palmas sobre la bocina (1-0) y salirle del alma el "por primera vez, más uno"; y es que a los suyos les ha costado lo suyo asimilar conceptos de ataque y armonizarlos con la fiabilidad atrás que les faltó en los primeros compases de la competición.
Setién, apóstol de su idea innegociable de toque y toque desde la portería propia, ha llegado a estar en el disparadero y en discusión por fallas abisales en defensa que le han costado al Betis resultados como el 4-4 ante la Real Sociedad, el 3-6 con el Valencia, un 5-0 ante el Éibar, la dolorosa eliminación copera ante el Cádiz (3-5) y sendas manitas con el Barcelona (0-5) y Real Madrid (3-5).

Bloque sólido

Desde el pasado 4 de marzo cuando perdió contra el Valencia (2-0), sólo ha encajado un gol ante el Alavés en la jornada siguiente, en la que inició la racha de victorias que lo tiene encaramado en la quinta posición liguera con 55 puntos.
A ello, ha contribuido sobremanera que el santanderino haya devenido en posibilista y modificado su idea defensiva al colocar una zaga de tres centrales y dos laterales de largo recorrido; y que todo ello lo haya facilitado la llegada a Heliópolis de un imperial Marc Bartra que lo ha hecho todo mucho más fácil.
La labor defensiva del internacional, que como el valor en la antigua mili se debe suponer en un central; su colocación y su salida del balón ha hecho mejores a los de al lado, ha facilitado la consolidación de Jordi Amat y ha propiciado la eclosión de los laterales de la cantera Francis Guerrero y, sobre todo, la del zurdo dominicano Junior Firpo.
Con la portería a cero, siempre se tiene un punto como mínimo y, mientras se tiene el balón no lo tiene el otro, son postulados de una idea ecléctica que le ha hecho al santanderino lograr la mejor versión de los suyos, en los que además ha conseguido acercarse a lo que los tratadistas de hoy llaman 'buena gestión de la plantilla'.
Setién se confía a sus pretorianos, Fabián Ruiz, el mexicano Andrés Guardado y el capitán Joaquín Sánchez, pero mueve y mueve piezas que, con el viento de cara, encajan y le siguen en su idea de macerar las jugadas hasta que el rival se abre, y no rifar nunca el balón, como él mismo explicó anoche tras la victoria.
"El gol ha venido después de una acción en la que quedaba minuto y medio y, aun así, hemos combinado y llevado el balón de un lado a otro. Hemos tenido la paciencia necesaria para que apareciera el espacio y llegase un centro con claridad. No nos hemos precipitado en centrar al área desde los lados", expuso Setién, al comentar la sexta asistencia liguera del lateral diestro Antonio Barragán.
Pese al estado de felicidad en el que está instalado el beticismo, Setién no deja ni un resquicio a las confianzas porque "no se ha logrado nada" y, aunque "éste es un momento para disfrutar", ha pedido "calma, humildad y tranquilidad" y concentrado a los suyos para el partido del domingo ante el Atlético de Madrid.

Calendario final

El del Wanda Metropolitano será el primero de los cinco partidos del Betis antes de terminar la temporada, para lo que recibirá en el Villamarín al ya descendido Málaga y al eterno rival el Sevilla; y visitará en San Mamés y Butarque al Athlétic de Bilbao y al Leganés.
"Ya celebraremos lo que haya que celebrar al final, quedan cinco partidos y tenemos que seguir", concluyó anoche Setién, sin ufanías, pero orgulloso de ese 'más uno' que ya avala su eclecticismo y su idea matizada.