Colorín colorado, este extraño cuento se ha acabado

El último partido del Sevilla FC en esta temporada será un mero trámite. Con la clasificación europea en la mano, claro, que tal y como pintaba la cosa hace un mes más de uno habría apostado por llegar a la jornada 38 sin opciones de ser siquiera séptimo.

Pero llegó Joaquín Caparrós y rehízo la historia del club nervionense una vez más. Si a principios de milenio fue uno de los grandes padres del Sevilla campeón, en esta ocasión y en una versión reducida del ‘mandato’ anterior, ha resucitado a un equipo que parecía muerto para llegar a un objetivo menor, pero mínimo en todo caso.
El de Utrera se va a quedar a un partido de los 500 dirigidos en Primera División, y si gana, a uno de igualar a Unai Emery como el entrenador con más victorias en el Sevilla y también como el segundo técnico con más victorias en Primera División, aunque sí le ha dado tiempo a superar a Manolo Cardo y situarse como el tercero en este ranking. Además, iguala al coriano como el hombre que más partidos ha dirigido al Sevilla en la máxima categoría.
En principio, este sábado se producirá la despedida de Caparrós de los banquillos, y lo hará en el que marcó su carrera como uno de los entrenadores más prolíficos de la historia. La afición sevillista le tiene reservada una gran ovación, se la ha ganado durante toda su vida como estandarte del sevillismo, pero también en estas dos semanas por resucitar a un grupo de futbolistas que parecía incapaz de ganar jamás un partido.
Ante el Alavés, decíamos, el Sevilla no se juega más que la honrilla. Pero ojo, aunque al final se ha salvado medio decentemente la campaña, parte del sevillismo ve este partido como el mejor momento para mostrar su exigencia. Al campo y al palco. Por estar Caparrós de por medio, el banquillo se salvará.
Se juega un partido de fútbol en Nervión, descafeinado como a veces pasa a estas alturas de temporada, y el de Utrera probablemente lo aproveche para bendecir a dos de las perlas de la cantera con su sello de calidad. Pozo y Lara no han viajado con el filial y después de varios días entrenando con el primer equipo, huele a debut por partida doble. Eso sí, probablemente no sean titulares y entren en el segundo acto. Con el Mundial a la vista y varios jugadores ya pendientes de ello, seguramente se cuidará Caparrós de darle minutos de nervios. De hecho, Mercado incluso se ha marchado ya a Argentina. Jesús Navas tampoco estará, una pena que no haya podido volver a ser alineado por Caparrós para redondear con su descubridor el buen año que ha dado en su regreso al Sevilla.
Enfrente estará el Alavés, un equipo que ganó al Sevilla de Montella cuando estaba con el fango al cuello y al que Abelardo le ha dado otro aire. Tanto, que se salvó hace semanas y en Vitoria sí que celebran haber llegado a la última jornada sin nada que jugarse. Buena segunda mitad de temporada de los vascos. El asturiano traerá una convocatoria con muchas novedades, pues cuenta hasta con ocho bajas, pero buscará volver a ganar en Nervión tras 63 años sin hacerlo. El gran interés de su vista estará en ver a Fernando Pacheco, al que se ha relacionado con la entidad blanquirroja en estas últimas semanas.
Se acaba, pues, un cuento extraño. En nada se ha parecido el desenlace a lo que se preveía antes de abrir la tapa. Los dibujos se fueron haciendo terroríficos en el tramo final del libro, pero llegó el héroe, don Joaquín, para que la primavera vuelva a llegar para el Sevilla. Colorín colorado, y a por el año que viene.