Con el freno de mano es imposible
El crecimiento del Betis en los últimos tiempos, que lo ha tenido y bien, podría ser mucho mayor si quitara de una vez ese freno de mano que le impide ganar partidos. Porque así, con el balón de un lado para el otro, para atrás, el pase de seguridad y sin atrevimiento, es casi imposible ganar a nadie. Se llame Levante o Olympiacos, se llame Alavés o Valencia. El Betis ha tenido en su mano dar un golpe en su vuelta a Europa, a la Europa League, pero desperdició una gran oportunidad para aliviar la fase de grupos. Y como al final lo eche de menos...
Porque el Betis, el Betis de esta temporada, es esto. Lo que se vio en El Pireo, lo que se ha visto en otros partidos. No es casualidad que sólo lleve un gol en cinco partidos. Y no es por fallos clamorosos de sus delanteros, que también. Esa jugada de Sergio León nunca tuvo que acabar como acabó. Aunque bien es cierto que Joel Robles se erigió en salvador en varias ocasiones. Porque Olympiacos, con casi nada, sí creó peligro de verdad.
El infierno griego no fue tal, porque el Betis salió valiente, con su idea. Aunque a veces, como está ocurriendo mucho esta temporada, demasiado sobón y sin profundidad. Pero al menos esa idea le permite respirar atrás salvo que alguno de sus jugadores forme un lío, que no es descartable. Sólo así pudo crear peligro el Olympiacos en la primera parte, porque el Betis se sintió muy cómodo en su vuelta a Europa.
La ocasión de Sergio León tuvo que acabar en gol, pero no acabó en gol. Y luego tuvo que aparecer Joel Robles para salvar al Betis
Pero esa comodidad debió convertirse en atrevimiento, en saber que eres mejor que tu rival y demostrarlo en el campo. El juego del toque no tiene mucho recorrido sin velocidad, sin pases verticales. Y así es complicado marcar y mucho menos ganar. No es porque los delanteros fallen mucho, apenas hay ocasiones. Loren sí tuvo una clara en un pase magnífico de Joaquín. El marbellí se durmió el segundo decisivo para que el defensa evitara su disparo.
No es casualidad que Lo Celso jugase tantos partidos con el PSG, porque el argentino derrocha calidad a raudales. Su arrancadas son espectaculares y bien que lo notó el Olympiacos. Tanto que Pedro Martins no tuvo más remedio que cambiar a Bouchalakis porque iba camino de los vestuarios antes de tiempo. Incapaz de parar a Lo Celso. Pero esas jugadas al final acababan en falta o en apoyos a la defensa. Ir para venir, venir para ir. Así le ha funcionado al Betis muchas veces, ahora no tanto. Lo Celso probó fortuna desde fuera del área en un gran susto para los calientes hinchas locales.
Sin profundidad
En ese toque y toque cualquier despiste era peligro del rival. Una falta a Mandi no señalada provocó una contra que no fue letal por una mano de Joel Robles tras un tiro de Podence. Más demérito del jugador del Olympiacos que mérito del portero del Betis, que hizo lo que tenía que hacer. Luego repitió con una mano genial ante Fetfatzidis.
EL Betis tuvo el 0-1 en una ocasión clarísima de Sergio León. Muy clara. Como fuera, tuvo que acabar en gol. Y no acabó. El cordobés decidió que era mejor acabar la jugada que ceder el gol a Loren. Y la jugada acabó en nada, como el Betis después.
Joel repitió con un paradón ante Camara antes de que Tsimikas fuera expulsado. Pero ni con diez se atrevió el Betis. De allá para acá, de un lado a otro, del otro al uno. Así, sin verticalidad, es imposible ganar. Si algún día el Betis quita el freno de mano la historia será distinta. Si es que lo quita.