Machín, entre la "obligación" y las rotaciones

El Sevilla FC afronta este miércoles ante el CF Villanovense la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, y Pablo Machín no quiere sorpresas. El soriano ha analizado el encuentro en la Ciudad de los Niños de San Juan de Dios, en Alcalá de Guadaíra, dejando claro que hará numerosos cambios en el once habitual.

“Es una obligación estar en la siguiente ronda. Somos conscientes de que el Sevilla es superior pero no es la primera vez que un equipo de Segunda B se lo pone difícil a uno de Primera y esperamos no ser uno de ellos”, explicó el entrenador sevillista.

Machín confirmó que hará rotaciones, teniendo en cuenta la difícil semana que acaban de superar y, sobre todo, el partido del sábado en Mestalla. “Habitualmente buscamos en cada competición a los mejores para afrontar ese partido. No te voy a engañar. Debemos pensar en cómo acabaron la semana exigente y que luego vamos a tener un partido muy difícil contra el Valencia en Mestalla. Lo normal es que la gente que actúe es la que pueda estar más fresca, jugadores que llevan menos minutos, parecidos a los del partido de ida. Que tengan la oportunidad de hacernos pasar esta eliminatoria y si no fuimos capaces de en el primer partido encauzarla, ahora tendrán la oportunidad de revertir la situación”, indicó.

Además, Pablo Machín espera el apoyo del sevillismo para que no se produzca una catástrofe de la que no quiere oír hablar. “Miedo no tengo que tener, pero respeto seguro que sí. No queremos ser uno de esos titulares de la prensa de mañana en la que haya quedado eliminado o sufrido en exceso. Vamos a ir prevenidos, desde el primer momento ayudados por nuestra magnifica afición, lo tendremos más asequible. Por mucho que sea un equipo de inferior categoría hay que demostrar esa superioridad en el terreno de juego”, concretó el entrenador, que tocó más asuntos de la actualidad del Sevilla.

El cambio en Vitoria. “Soy sincero, pero lo que pasa de puertas para adentro queda ahí. Hago mi labor de gestor, motivador y aglutinador de voluntades. Lo hice al principio del partido, en el descanso y al final. Se corrigió algún aspecto, pero tenéis que tener en cuenta que estábamos compitiendo contra un rival que no ha perdido en su estadio, con nueve días preparando el partido, que intentaba imponer un ritmo muy alto y que los partidos duran 93 ó 94 minutos. Hay que gestionar cada momento. Supimos contener ese énfasis que tuvo el Alavés, la más clara la primera fue nuestra. Al descanso más allá de ese gol que fue de infortunio no competimos mal, pero teníamos un plan B que era el que se produjo luego en la segunda parte cuando estaban más cansados y nuestros futbolistas que podían desequilibrar estaban más frescos. El tema físico impedía arriesgar para sacar a Sarabia desde el inicio, el entrenador tiene que ser gestor, esa información sacarla de la mejor manera, y por eso se produjo el partido como fue. En la segunda parte fuimos superiores y nos pudimos llevar el partido”.

Ilusión por LaLiga Santander. “Toda, toda la del mundo. Ni mucho menos cambio de discurso. Sigo pensando lo mismo que el primer día, hacer un equipo competitivo, ganar partidos y cuando queden pocas jornadas nuestro rendimiento nos va a decir. Hoy peleamos por lo más alto y es lo que debemos intentar mantener. Quizás no estemos llamados a ganar LaLiga Santander pero la vamos a pelear, y si no se puede acercarnos lo más posible. El objetivo debe ser estar en Europa, todos queremos estar en Champions, pero eso es muy difícil porque prácticamente tres puestos están más o menos adjudicados, hay un cuarto que tenemos que pelear otros muchos. Si no llegamos, la exigencia que me pongo es el mal menor, entrar en Europa”.