Sevilla-Atlético, al acecho del Barcelona
El Sevilla y el Atlético de Madrid abrirán este domingo el año con un duelo en las alturas y de postín en el Ramón Sánchez Pizjuán, un clásico del fútbol español entre dos históricos que, como regalo de Reyes, se juegan la segunda plaza de LaLiga Santander para seguir al acecho del líder, el Barcelona.
Tras dos semanas sin fútbol por las vacaciones navideñas, sevillistas y atléticos llegan al choque en un gran momento: los colchoneros, segundos con 34 puntos y el aval de haber perdido sólo un partido de Liga esta campaña (2-0 ante el Celta); y los andaluces, terceros con dos puntos menos y diez victorias seguidas en casa -seis en Liga- entre todas las competiciones.
Ello da un atractivo especial a una tarde marcada por la ilusión de los Reyes Magos, en la que el Sevilla quiere seguir soñando con hacer cosas importantes este año, dar juego a esta Liga y mantener el empaque en su fortín del Sánchez Pizjuán, un estadio siempre difícil, aunque no se le da mal al Atlético, sobre todo desde que el argentino Diego Simeone, un exsevillista, llegó a su banquillo.
La cita, a priori, promete entre dos equipos con plantillas cortas, y más aún debido a las bajas en ambos bandos, pero muy competitivos, que comparten el objetivo de intentar dar un golpe encima de la mesa para mandarle al Barça el mensaje de que no se lo quieren poner fácil.
Para ello, el conjunto de Pablo Machín, debutante esta campaña en el banquillo de los del barrio de Nervión, tratará de recurrir a sus tradicionales recursos que le hacen ser muy complicado como local, con una defensa concentrada, mucha intensidad y ataques rápidos para buscar la pegada de hombres como Pablo Sarabia, el francés Wissam Ben Yedder o el luso André Silva, sus máximos goleadores.
Conscientes de que no será fácil doblegar al potente Atlético de Simeone, Machín deberá variar su once por las bajas obligadas de los argentinos Gabriel Mercado, en defensa, y de Franco Vázquez, en el medio campo, sancionados tras ver la quinta amarilla y ser expulsado en el descanso del choque de Leganés (1-1), respectivamente.
Aún así, recupera a cuatro piezas clave: el carrilero Jesús Navas y el central danés Simon Kjaer, superadas sus dolencias; y Sarabia y el argentino Éver Banega, 'cerebro' del equipo, tras cumplir sus sanciones en Butarque. El reto es desquitarse de la mala imagen del penoso primer tiempo en Leganés y empezar muy fuerte 2019.
Enfrente, el Atlético, protagonista de la mejor racha sin perder de la actual Liga, los catorce partidos que encadena sin derrota desde la cuarta hasta la decimoséptima jornada -no pierde desde la tercera cita, 2-0 en Balaídos-, quiere más, a tres puntos de la cima de la tabla del Barcelona y contra un rival directo como el Sevilla.
Por primera vez en el actual campeonato, además, ha enlazado tres triunfos, desde el 3-0 al Alavés al 1-0 al Espanyol, pasando por el 2-3 con el que venció en Valladolid, con una aportación decisiva tanto de su portero, Jan Oblak, como de su goleador, Antoine Griezmann, autor de cuatro tantos y una asistencia en esos choques.
Desde la fiabilidad, el muro y los reflejos del guardameta esloveno a la determinación, el talento y el gol del internacional francés, autor de cuatro dianas en sus últimas dos visitas al Sevilla y de siete tantos y cuatro asistencias en sus diez duelos más recientes de este curso, construye el Atlético su actual momento, pendiente de un examen tan transcendente como complejo.
Y fuera de casa. Mientras su solvencia está fuera de toda duda en el Wanda Metropolitano, su rendimiento a domicilio ha estado repleto de altibajos esta campaña. Logró la Supercopa de Europa en Tallin, pero después, entre todas las competiciones, ha ganado cuatro de sus 12 choques como visitante; dos de ocho en concreto en LaLiga Santander.
Diego Simeone, su entrenador, lo encara con el once definido desde mediados de la semana, cuando ya resolvió la incógnita del lateral izquierdo, donde de nuevo apostará por Saúl Ñíguez para suplir la doble baja de Lucas Hernández y Filipe Luis, y la configuración de su frente de ataque, al que vuelve Thomas Lemar.
En un sistema que oscila entre el 4-4-2 y el 4-3-3, el francés será el extremo izquierdo, Ángel Correa el derecho y Griezmann el delantero centro, secundados por detrás por una línea de tres -también reconvertible a cuatro dependiendo del momento del duelo-, con Thomas Partey, Rodrigo Hernández y Koke Resurrección.
Por detrás, Juanfran Torres recupera el lateral derecho, en detrimento de Santiago Arias, y Stefan Savic y Diego Godín siguen como centrales. Ahí, Simeone dispone de nuevo de José María Giménez, ya restablecido de una lesión muscular que le ha apartado de la competición las últimas cuatro semanas, aunque partirá de suplente.
Aún sigue de baja, además de Lucas y Filipe, Diego Costa, que no reaparecerá hasta febrero de la operación del quinto metatarsiano del pie izquierdo. Tampoco viajará a Sevilla Gelson Martins por una amigdalitis que le ha impedido entrenarse las dos últimas sesiones.
- Alineaciones probables:
Sevilla: Vaclík; Carriço, Gnagnon o Kjaer, Sergi Gómez; Jesús Navas, Sarabia, Éver Banega, Roque Mesa, Escudero; Ben Yedder y André Silva.
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Saúl; Thomas, Rodrigo, Koke; Correa, Griezmann y Lemar.
Árbitro: Mateu Lahoz (C. Valenciano).
Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán.
Hora: 16.15.
Puestos: Sevilla (3º; 32 puntos). Atlético (2º; 34 puntos).
La clave: La capacidad del Sevilla para contrarrestar la intensidad habitual que pone en liza el equipo de Diego Simeone y la eficacia de ambos ante el gol, sin conceder espacios a su rival.
El dato: El Sevilla sólo ha ganado en uno de sus último quince partidos de Liga al Atlético, en casa en noviembre de 2016 (1-0); su único triunfo liguero en el Sánchez Pizjuán en las siete visitas de los colchoneros con Diego Simeone como técnico.
La frase: Pablo Machín: "El Atlético es el equipo más competitivo de Europa".
El entorno: Se espera un gran ambiente y una magnífica entrada en el estadio del barrio de Nervión, al haber ganas de fútbol tras el paréntesis navideño de dos semanas, como se demostró con la asistencia de 20.000 sevillistas al entrenamiento del viernes.