Así juega Diego Lainez: talento azteca en el Villamarín
La mayor, y de manera más unificada, crítica que ha recibido el estilo del Betis de Quique Setién ha sido la excesiva horizontalidad de su juego. Un abuso de la posesión en zonas intrascendentes que, en muchos casos, no llevaba a algo determinante. Y, más allá de la objetividad del asunto, lo cierto es que al equipo le faltan jugadores que agiten el ataque, que doten de una mayor velocidad y verticalidad las acciones en campo contrario.
Motivo por el que la dirección deportiva verdiblanca fijó su objetivo en Diego Lainez. Un intento de evitar que el juego se vuelva previsible y pierda la frescura necesaria para sorprender a los rivales. Y una inversión de futuro tanto deportiva como económica.
Con el mexicano, el Betis firma talento, proyección y versatilidad. Un futbolista diferente del que carecía y que ahora tendrá en una versión beta (aunque realmente buena) que podrá terminar de hacer a su gusto.
Diego Lainez (Villahermosa, México, 9 de junio de 2000) es un jugador de los que te llaman la atención la primera vez que los ves. Destaca entre el resto por su rapidez de movimientos y por su depurada técnica -tan difícil de ver en un fútbol cada vez más físico-, algo que le permite librarse de contrarios con una facilidad pasmosa. Un atacante que, con su 1,67 m, apareció de forma precoz en el fútbol profesional y que incluso ya ha debutado con la selección absoluta de su país.
Un ‘niño’ privilegiado
La Volpe hizo debutar a Lainez en el América con tan sólo 16 años, único club en el que ha jugado y con el que se acaba de proclamar campeón de la Liga MX. Pero al técnico argentino no le importó la edad: “Demostró su carácter el día de su debut, más allá de la calidad impresionante que ya le había visto, es de esos jugadores importantes que se buscan en el mundo, de desequilibrio, de gambeta".
Lainez es un futbolista zurdo, desequilibrante, con una técnica excelente y con una capacidad asombrosa para retener el balón, pese a lo menudo de su físico. Protege bien y complica mucho al rival a la hora de robarle la pelota. No tiene una posición exacta, ya que puede jugar tanto en la banda (mejor en la derecha) como por dentro, de interior o mediapunta. Usa mucho el cuerpo para driblar sin tocar apenas el balón, y su arrancada le hace ser peligroso en espacios cortos.
Sin embargo, tiene aún varias cosas por pulir. Debe mejorar en la toma de decisiones, sobre todo en los últimos metros, en la asociación y terminar de formarse físicamente. Hay que recordar que sólo tiene 18 años y que el ritmo de LaLiga Santander y del fútbol europeo puede pasarle factura.
Resulta estimulante su llegada a Heliópolis y conocer dónde y cómo lo posiciona Quique Setién sobre el verde. Estos primeros seis meses en Sevilla serán claves en su adaptación al entorno y al sistema del cántabro. El Betis ficha a un diamante al que tendrá que dar la forma definitiva para hacerlo brillar en el Villamarín.
No me parece jugador para el Betis. Necesitábamos jugadores de rendimiento inmediato no es un Bartra.