Dolor y gloria

Con permiso de Pedro Almodóvar, dos palabras que definen lo que vivió el Betis contra el Real Madrid en el Benito Villamarín fueron dolor y gloria. Lo primero porque la victoria exigió sufrimiento final para conservar la renta ante los arreones finales del líder. Lo segundo por la obligación de un equipo que necesitaba ganar como el comer.

Desde el 19 de enero, con el exuberante  triunfo ante la Real Sociedad, el Betis no ganaba y de mirar a Europa se había pasado a mirar con recelo hacia abajo. Llegaba el líder y Rubi, otra vez, estaba en la picota. Con todos esos condimentos apareció la mejor versión bética, con matices de virtudes y viejos defectos, y los tres puntos se quedaron en un encendido Benito Villamarín que volvió a rugir.

Si uno mira uno por uno los partidos del Betis esta temporada, en la mayoría compite y maneja registros del juego muy interesantes como el control de balón y fútbol vertical. Contra el Real Madrid lo hizo en gran medida, especialmente en el tramo final de la primera mitad y en buena parte de la segunda. Luego quedaba el asunto defensivo... y ganar.

Sidnei con un espectacular zapatazo había adelantado a los béticos poco antes del descanso. El mismo brasileño cometió penalti poco después y empató Benzema. Otra vez la debilidad defensiva. Cuando en el 81' Tello puso el 2-1 quedaba la duda de si el equipo había aprendido la lección y sabría manejar la renta. Fue el momento de apretar los dientes, esta vez sí lo hizo, y se reencontró con la victoria. Oro en paño.

Bartra y Loren fueron las novedades del Betis respecto al once que jugó la pasada jornada en Valencia. Rubi decidía mover pocas piezas ante una nueva pelota de partido, aunque lo hacía quitando a uno de los fijos en el centro de la defensa como Mandi y variando a su delantero, al dejar en el banquillo a Borja Iglesias. El esquema era el mismo, con Edgar en esa doble función de central y pivote.

El partido tuvo un arranque frío. Tras un breve arreón bético, el duelo entró en una fase en la que el Real Madrid amasó la pelota. Al Betis le costaba conectar con sus jugadores de ataque y sólo cuando Canales entraba en juego, que eran las menos veces, el equipo superaba líneas con sentido. En cuanto ocasiones, en el primer cuarto de hora, sólo Vinicuis mandó un balón al lateral de la red.

El mediocampo madridista mandaba. Los Kroos, Modric y Casemiro se imponían. El balón parado agitó el duelo en un acción en la que incomprensiblemente, con todo a favor en boca de gol, Bartra remató de cabeza por encima del larguero (27’). No hubo gol, pero encendió los ánimos béticos. Fekir pudo marcar en el 35’ con una extraordinaria volea a la que respondió Courtois de forma acrobática.

El final de la primera parte guardaba dos momentos cumbres más. Primero marcó el Betis en el 40’ con un golazo de Sidnei, que empaló un trallazo que entró por la escuadra madridista. El remate llegó tras un posible penalti sobre Fekir. El brasileño no sabe marcar goles normales. No hay más que acordarse del que le hizo al Rayo la temporada pasada.

Era el momento de la defensa y de guardar la renta antes del descanso. En el aficionado bético sobrevolaba lo sucedido otras veces, como el día del Barcelona o Mallorca. Y sucedió. Un penalti de Sidnei sobre Marcelo le dio la oportunidad a Benzema de igualar en el descuento. No había manera de que el Betis pudiera guardar la renta y se repetía aquello de la inconsistencia defensiva.

Segunda parte

La reanudación trajo a un Betis más decidido y vertical. Como muestra la contra del 54', gran jugada colectiva, que acabó con el regate de Joaquín sobre Courtais. Cuando el gol se cantaba en el Villamarín, el remate del portuense no llevó la potencia ni la puntería necesaria y apareció Modric. El Betis estaba siendo mejor en esa fase, pero...

Llegó el momento de los cambios. Mendy entró en los blancos y Rubi apostó por Tello por Joaquín. Zidane se mostraba valiente y colocaba a Mariano por Kroos. El Real Madrid dio un doble zarpazo en el 69'. Primero un duro disparo de Modric que repelió Joel Robles y luego Mendy estrelló la pelota en el larguero. Las sustituciones seguían y Guido Rodríguez suplió a Edgar. El equipo necesitaba aire fresco y piernas.

Una excepcional jugada de Fekir, en la que volvió loco a Militao, desembocó en una volea que se fue fuera por poco de Guardado (75'). El Real Madrid replicaba con un acción en la que remató de espuelas Lucas Vázquez. Rubi agotó entonces el último cambio con la entrada de Pedraza por Álex Moreno. El partido había entrada en una fase de igualdad.

Sin embargo, el Betis volvió a adelantarse en el 81'. Todo partió de un robo de Guardado en el mediocampo que habilitó a Tello en el mano a mano con Courtois. El catalán, que en otros partidos no atinó, fue certero y ponía al cuadro bético por delante. Quedaba ahora el reto de saber administrar la ventaja. El Real Madrid bombardeaba el área con centros.

Los de Rubi, jaleados por un estadio que ansiaba el triunfo, apretaron los dientes en los minutos finales en los que el Real Madrid agobiaba a los béticos con balones aéreos. Era el momento, de una vez por todas, de demostrar que se había aprendido. Benzema pudo marcar en el descuento. No lo hizo y el Benito Villamarín volvía a celebrar un triunfo.

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