Cuarentena sin fútbol, Día 5: Gracias Hijos, gracias Papá
Tenía preparado ya mi hijo uno de sus habituales dibujitos de estos días de confinamiento por el dichoso coronavirus, pero he decidido parar el tema para hablar del Día del Padre. Mi mejor Día del Padre, un día que nunca olvidaré. Porque la situación es la más complicada que uno recuerda y, aunque el futuro no es el más halagüeño a corto plazo, hay que soñar. Y yo sueño en casa, rodeado de mis hijos y de mi mujer, una de esas sanitarias que ayudan a salvar vidas y a que mucha gente se sienta un poco más feliz. Un aplauso para ella.
El día es largo metido en casa, con teletrabajo y haciendo de periodista, maestro y, sobre todo, de padre. Mi hijo sigue preguntándome que cuándo vuelve a jugar el Betis, que pone la tele y sólo ve partidos antiguos. Que él ya quiere ver partidos del Alevín B, del Juvenil, del "Betis de niños" (Betis Deportivo) y del "Betis de mayores". Aún tendrá que esperar un poco.
Y en esa espera, muchas sensaciones diferentes. Hoy es un día especial y ha tenido su recompensa. Unas lagrimillas han aparecido por mis ojos, porque el regalo ha sido otra vez especial. Que tus hijos te digan que eres el mejor padre del mundo y te lo demuestren es lo más bonito que tiene una persona. Más aún en tiempos tan difíciles. Esos regalos están ya bien guardados y en unos años tendrán aún más valor.
De verdad, qué bonito es ser padre. Escribo con los vellos de punta y uno olvida cualquier problema. Es la mejor forma de afrontar la vida, de soñar con un futuro mejor. Luego uno bromea con amigos por whatsapp sobre que esto va a durar hasta 2022 por lo menos, que si China ha inventado todo este lío para ganar dinero o que hay en Estados Unidos alguien que dice que al menos esta crisis estará presente con idas y venidas durante año y pico. Hay que tomarse muchas cosas con sentido del humor, es lo mejor. Cuando vuelva el fútbol, cuando vuelva el Betis a jugar, ya habrá tiempo para elogiar o seguir dando palos.
En fin, que ha sido un gran Día del Padre, noticias del coronavirus a un lado. Que tengo una gran familia a la que ayudaré siempre que pueda. Así me enseñó, y me enseña, también mi padre. Lo que soy, mucho, soy gracias a él. Feliz Día del Padre, papá. Gracias por este gran día, hijos. A ti también, Lola. Al final lloro.