Cuarentena sin fútbol, Día 36: Las mascarillas y el alquiler de los pisos en la playa

He caído. Ya no aguantaba más. Sí, hoy mi mujer me ha pelado. Ha quedado más o menos bien, como yo esperaba. Podría haber sido peor. Mi hijo también, ya no tiene rizos. Aunque me da que el próximo pelaíto será de nuevo en casa. Ganas tengo de ir a mi peluquero Fran. Como ganas tengo también de hablar sobre las mascarillas. Unas de las palabras más escuchadas en este confinamiento por el maldito coronavirus.

Como todo en la vida, hay gente buena y mala. Gente que ayuda y gente que se aprovecha. En este tema, soy parte, porque mi mujer es farmacéutica, pero uno comprueba que hay muchos líos en este sector. Mi mujer tiene la opción de vender mascarillas. Ha pedido y comprado varios tipos a diferentes comerciales y empresas, cada una a un precio diferente aunque sean casi iguales y sirvan para lo mismo. Tiene muchos encargos, mucha gente que va y pide, que si tiene mascarillas. Hasta ahora apenas tenía, porque no llegaban. Pero lo que no va a hacer es engañar a la gente. A clientes. A personas.

Ha comprado, repito, a varios precios, y tiene que vender, lógicamente, a diferentes precios. Entiendo que haya quien se enfade pero pongo un ejemplo: ¿cuesta lo mismo alquilar una casa en la playa en febrero que en agosto? No. La gente demanda y el precio sube o baja. Aquí es lo mismo. Y sí, la salud es lo más importante aquí y siempre.

Todo esto se hubiera acabado si el Gobierno hubiera impuesto desde el primer día un precio único. Para todos. Pero las empresas de mascarillas se han puesto las botas, también comerciales y aquellos que han querido lucrarse, incluidos, también lo digo, farmacéuticos. Pero que no paguen justos por pecadores. No puede vender mi mujer una mascarilla a cinco euros y otra farmacia o distribuidor online a 8, 10 o 15. La misma mascarilla.

Y que no les engañen. Las mascarillas quirúrgicas no aportan lo que uno quiere, las que compren que sean mínimo FFP2, pero mucho mejor si son FFP3. Una quirúrgica (creo que se venden en paquete de cinco porque son de usar y tirar) no puede costar dos euros. Pero los otros modelos tampoco sirven para muchos usos. El lío de las mascarillas seguirá porque este confinamiento seguirá. Por eso lo mejor es seguir quedándose en casa. Y, como dice mi mujer, que no les engañen.