Incómodo hasta de paseo
El Sevilla sacó un punto en el Reale Arena ante la Real Sociedad en un partido en el que, sin estar relajado, sí que evidenció estar un punto por debajo en cuanto a tensión, rendimiento y eficacia tras la consecución brillante del objetivo de la Liga de Campeones. Asegurada la cuarta plaza, disputaba el equipo de Lopetegui la posibilidad de la tercera, dependiendo del Atlético de Madrid, pero tuvo algunas carencias en el partido que le restaron sobre todo llegada. Eso sí, incluso a menor exigencia, a menor obligación, el Sevilla demostró un nivel medio de competitividad que parece incapaz de abandonar. Ya sea con un objetivo logrado, o en un amistoso, o en un entrenamiento. El Sevilla compite siempre, es incómodo siempre, no es buen invitado ni para pasear, porque además fuera de casa es un rival pegajoso, incómodo, peligroso, y muy difícil de batir.
Ante la Real Sociedad Bono mantuvo en pie al Sevilla, pues sin ser mejor sí que tuvo mejores ocasiones el equipo donostiarra. Aunque es verdad que en el tramo final del encuentro bien pudo Ocampos darle el triunfo a los andaluces.
El partido fue tenso, no es que el Sevilla se lo tomara relajadamente, pero la falta de varias piezas fundamentales en el equipo de Lopetegui en el once inicial (Diego Carlos, Banega, Ocampos, Fernando se quedaron en el banquillo) sí que restaron algunas prestaciones a los nervionenses, que en cualquier caso empezaron animados, llegando y pisando campo contrario, aunque poco a poco el encuentro se fue nivelando, hasta el punto de que las mejores ocasiones empezaron a caer de la Real Sociedad, más por fallos o desajustes sevillistas que por méritos reales de los donostiarras, que tampoco es que estuvieran muy brillantes.
El Sevilla no encontraba continuidad en el juego, tampoco demasiada creatividad. El Mudo Vázquez estuvo infame en la suma y en la resta, Óliver muy impreciso, En-Nesyri irregular en el remate... esos pequeños detalles evitaron que el equipo de Lopetegui impusiera su juego en un encuentro en el que el rival jugaba a no cometer errores y que mantenía un respeto tremendo por el conjunto sevillista. Solo Navas y Reguilón aportaban algún desequilibrio, algún regate, alguna cabalgada. Por ahí llegaron las pocas oportunidades sevillistas, como un remate en escorzo de En-Nesyri.
No cambiaba nada el partido, con ocasiones más claras para los locales (Portu al larguero, Bono sacando un uno contra uno a Willian José), y un Sevilla que transitaba por el partido con dignidad pero con poca creatividad. Lopetegui sacó al campo a Banega y a Ocampos para intentar agitar el árbol, sacando a unos Vázquez y Óliver muy flojos. Tampoco cambió demasiado el conjunto este jueves de negro, por lo que lo intentó de nuevo el técnico vasco con Fernando y Munir.
Aunque sí que el Sevilla terminó mejor el partido y a punto estuvo Ocampos de dar el triunfo a su equipo en una contra postrera.
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