Viejos problemas sin resolver

En la temporada del Betis se repiten viejos patrones que condicionan su devenir. Los errores propios, aquellos marcados por su debilidad defensiva, y algunas decisiones arbitrales más que discutibles aparecen recurrentemente en los compromisos de un equipo al que se le atragantan determinados tipos de partidos, como el que vivió en Granada (Getafe, Athletic o Éibar).

Sería demasiado simple resumir todo lo que sucedió en Los Cármenes en el penalti discutible de Guido Rodríguez sobre Soldado, sobre el que el VAR no se pronunció, y en el fallo grosero de Bartra que regaló al delantero su segundo gol. Todo eso ocurrió en los primeros veinte minutos y se acabó. La necesaria reacción fue más mecánica que con fe y argumentos futbolísticos para revertir el marcador. Y eso que fueron 70 minutos los que quedaban.

La regularidad del Betis, imprescindible para alcanzar las cotas deseables, es casi imposible con el balance defensivo que suma el equipo de Manuel Pellegrini. Errores que cuestan partidos en la élite y que, en esta ocasión, se ejemplificó en el 2-0. Antes otra vez la polémica decisión arbitral, que recordó a otros momentos de la temporada, comenzó a derribar a los verdiblancos.

Luego tampoco aparecieron los futbolistas llamados a determinar los partidos en el Betis. Pasan las jornadas y Fekir no gana encuentros con la extraordinaria calidad que atesora, o el ritmo de balón de William Carvalho, por ejemplo, no ayuda a que desequilibrar y encontrar espacios. La defensa y los arbitrajes decidieron. No fue lo único que hizo perder al conjunto helipolitano en Granada.

Más de medio equipo cambió Manuel Pellegrini para jugar contra el Granada respecto al que puso en liza hace tres días en Copa contra el UCAM Murcia. Se mantuvieron en el once Víctor Ruiz, Miranda, William Carvalho, Rodri y Sanabria. Entraron, por tanto, seis futbolistas nuevos que fueron Joel Robles, Emerson, Bartra, Guido Rodríguez, Aitor Ruibal y Fekir.

El Betis salió convencido de que era necesario, entre otras cosas, igualar la pelea y los duelos uno contra uno frente al Granada en cualquier zona del campo. La entrada en escena del equipo fue competitiva e incluso gozó de una ocasión en un cabezazo de Sanabria, tras un buen centro de Miranda, que salió fuera por poco (6'). Luego todo comenzar a torcerse.

El partido empezó a romperse por errores. Primero por el más que discutible penalti señalado a Guido Rodríguez a Luis Suárez, que transformó Soldado (13'). Nada advirtió el VAR a Sánchez Martínez. Poco después llegó el llamativo fallo de Bartra que, en un intento de control, habilitó a Soldado que batió a Joel Robles, que quizás pudo salir con más determinación (20').

Un 2-0 frente a un rival dirigido por Diego Martínez pintaba oscuro. El Betis, en un duelo trabajado, buscó levantar cabeza y disfrutó de ocasiones. William Carvalho mandó de cabeza un balón arriba (22'). Sanabria, en una buena maniobra, también calibró fuera por poco su remate (24'). Incluso Bartra, casi al descanso, pudo hacer el 2-1, pero tras su control no estuvo rápido para rematar (41'). También quedó en esa fase final una acción en la que sobre el límite de la línea del área pudo existir derribo a Fekir.

Segunda parte

Con Tello y Juanmi, por Aitor Ruibal y Guido Rodríguez, se inició la segunda mitad. La primera ocasión tras la reanudación fue para Luis Suárez quien le ganó la partida a Miranda y remató fuera por poco (46'). Un zapatazo de Tello despertó al Betis de cierto letargo (55'). Rui Silva respondió con reflejos. Con todo, los de Pellegrini no creaban demasiado peligro.

Pellegrini echó el resto y sacó al campo a Loren y Borja Iglesias por Rodri y Sanabria. Fekir, que siempre pidió la pelota aunque no terminó de resolver, trató de ajustar desde fuera un disparo (64'). La pelota no cogió portería por poco. Kenedy probó suerte para el Granada de lejos (65'). Los béticos, por momentos, cercaban la portería local, pero las ocasiones claras no abundaban.

Un centro Tello fue rematado de manera defectuosa por Juanmi en el área (75'). O era una acción aislada, o no se intuía que el Betis pudiera romper el entramado defensivo del Granada. Borja Iglesias disfrutó de la última para los béticos pero su remate se marchó alto. El duelo decaía con aquella impresión futbolística de que por muchos minutos que se alargara el encuentro poco iba a variar. Así fue y así perdió el Betis.