Febrero en Nervión
La cabeza de Gustavo Poyet descorchó la enésima botella de lágrimas gran reserva que reposaba en el corazón del Sánchez-Pizjuán. Fue hace justo 27 febreros. Recordaba este miércoles el club de Nervión cómo Monchi produjo el viejo milagro del Calderón, al vencer 0-1 al Atlético de Madrid campeón de LaLiga Santander un par de febreros después. Alegrón entonces que hoy quedaría olvidado en cinco minutos. Al Sevilla FC le esperaba una década de los 90 terrible. Y necesaria, a vista de prismáticos en 2021. También un día como este miércoles llegaba el primer punto de inflexión: la llegada a la presidencia de Roberto Alés. Hace ya 21 febreros.
Tras un quiero y no puedo de demasiadas décadas llegó un intento final a la desesperada con Luis Cuervas. Apuesta 'all in' por estrellas más o menos pasadas como Maradona, Dassaev o Bilardo. Y el Sevilla FC colapsó, arrastrando toda su impotencia. Empezó de cero, aparcando la ambición acumulada en varias generaciones para labrar piedra a piedra, desde la humildad, la construcción de un imperio. Y empezó en aquel febrero de hace 21 años.
Recuperado el orgullo en las venas (la primera gran victoria de Roberto Alés tras varios años de vilipendio), el sevillista desenterró su ambición genética. Reconstruido el club y asentado en LaLiga Santander, dijo que ya había pasado demasiado tiempo. Así se plantó en su primera semifinal en bastantes años. No apareció ningún Poyet para impedirlo. Y a punto estuvo de tumbar al Real Madrid galáctico en aquel partidazo con Antonio López, Iturralde y Valdano (perdón por la tos). Pero no, no pudo ser. Aquel febrero de 2004 se unió de repente con el febrero de 2003 y la famosa nevada de Pamplona. También lloró el sevillista, incrédulo aún en el destino.
En febrero de 2021, el sevillista tiene que echar mano de google para contar las semifinales que ha jugado su equipo. De Poyet a este 2-0 inicial frente al FC Barcelona han pasado 27 febreros y un milenio en el corazón del hincha del Sevilla FC. El club de Nervión ha protagonizado la mayor resurrección que se recuerda en el fútbol español y puede que europeo. Es un caso único en el que su máximo responsable es el mismo que produjo aquel milagro del Calderón. Pero no el único, pues sin aquellas lágrimas no habría ahora nada.
También en febrero, pero de hace un año, el Sevilla FC perdió 2-1 contra un paupérrimo Celta y Julen Lopetegui quedaba zarandeado. Desde entonces, el equipo blanquirrojo ha perdido siete partidos. Repitamos: siete partidos. Pase lo que pase en la vuelta contra el FC Barcelona y en la eliminatoria ante el Dortmund, creo que es indiscutible que estamos ante el mejor Sevilla desde hace 13 años. El más poderoso desde el mejor Sevilla de la historia, el del triplete de 2007 y una plantilla de ensueño. Pues eso, sueñen, aunque sea febrero.