La promesa de Ocampos a Majo Barbeito antes de ganar la Europa League

Lucas Ocampos lleva una carrera meteórica. Salió pronto de su barrio para enrolarse en River Plate, después dio el salto a Europa y ha jugado en equipos del calibre del Mónaco, el Milan, el Olympique de Marsella y, ahora, el Sevilla FC, donde ha cuajado como uno de los mejores jugadores del equipo.

El de Quilmes tiene 26 años y ha pasado ya muchas etapas de una carrera a la que, de momento, ni siquiera se le ve la cumbre. “Ahora que voy creciendo y madurando, reflexiono muchísimas cosas. A veces me pongo a hablar de mi mujer y le comento mis pensamientos, porque ella vivió todo este transcurso conmigo. Va todo muy rápido. Desde los 14 o 15 que pasé a River fue todo muy rápido. Un año de inferiores, Primera, venta, otro país, otro idioma, otra cultura, otro fútbol. El extrañar a la familia, amigos, la rutina de Argentina. Me fui con 18 recién cumplidos, un momento muy importante en la vida de cualquier adolescente, y yo vivía una realidad totalmente diferente. Con presiones, un traspaso a otro equipo millonario. Costaba asimilar, pero siempre me mantuve como soy. Tenia gente y sigo teniéndolos, que siempre me hacen ver la realidad de la vida”, ha explicado este jueves en la televisión oficial del club.

Pese a su juventud, Ocampos demuestra una madurez enorme. “Vivo el día a día. No tengo grandes cosas que digo, ‘este es mi sueño’. Seguir estando a este nivel en un equipo grande, jugar en mi selección que ya lo cumplí, en la que deseo mantenerme y ganar algo. Sobre todo, seguir siendo como soy, un buen padre, una buena persona, y disfrutar de esto que es lo que más me gusta”, comentó.

Monchi anotó el nombre de Ocampos en un partido Milan-Roma en el que jugó apenas 20 minutos, pero el futbolista nunca lo ha comentado con el director deportivo. “No lo he hablado, pero escuché que lo dijo. Esas cosas no me gustan hablarlas. Me acuerdo de ese partido”.

En otro orden de cosas, el argentino recordó el gol que hizo ante el Wolverhampton en los cuartos de final de la Europa League, y también la conversación que tuvo con su esposa, la mediática Majo Barbeito, antes de viajar para jugar ese partido. “Muchas cosas vienen a la cabeza de ese partido y ese gol. No empezamos bien, ellos fallan un penal que ataja Bono y el partido fue nuestro. Ellos estaban bien y tenían mucho peligro, pensábamos en que jugábamos bien, pero ellos podían marcar. Antes de viajar le comenté a mi mujer ‘me voy y el que gana sigue’. Le comenté ‘voy a volver con la Copa’. Había muchas cosas en juego. Si perdías te volvías. Era matar y morir. Me tocó hacer el gol y pasar a la semifinal. Se me venían muchas cosas de la Europa League que perdí en 2018, que estuvimos muy cerca con el Olympique. Tenía esa espinita y tenía muchas ganas”.