Pellegrini, el gen competitivo
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Obra de Ingeniero
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Pellegrini: "Hay que tener un plantel más competitivo, aunque también hay una realidad económica"
La clasificación del Real Betis para la Liga Europa es consecuencia directa del gen competitivo insuflado desde su llegada al banquillo del Benito Villamarín por el chileno Manuel Pellegrini, la clave de bóveda para darle la vuelta al equipo como un calcetín y de dotar de estabilidad institucional y deportiva a la nave verdiblanca.
Cuando el de Santiago llegó el pasado verano desde Marbella con un contrato de tres años, hubo grupos de críticos, casi de cámara, con la decisión de la presidencia bética y de escépticos con el proyecto de un entrenador de 67 años a los que muchos daban por amortizado y sin nervio para enderezar el rumbo del Betis.
Pellegrini y la vuelta de tuerca a la etapa anterior
Pellegrini aterrizó en un club acostumbrado a las convulsiones que acompañaron las etapas de Quique Setién y Joan Francesc Ferrer 'Rubi' en el banquillo y, además, lo hacía en una coyuntura de grave crisis económica que hizo que, en su primera temporada, sólo contara con tres refuerzos a coste cero: el portero chileno Claudio Bravo, el central Víctor Ruiz y el lateral diestro Martín Montoya.
Con casi los mismos mimbres que la temporada anterior, un "año muy malo", en expresión del vicepresidente José Miguel López Catalán, y con un grupo "muy cuestionado" y "con la confianza muy baja", en la del técnico chileno, éste nunca pidió ni se le oyó una voz más alta que otra y se puso a lo suyo desde el minuto uno.
"Es para levantarle una estatua a este grupo que luchó con mucha credibilidad en lo que veníamos haciendo, en los momentos malos y en los buenos", aseveró Pellegrini tras la victoria final ante el Celta (2-3), la decimocuarta de los 25 partidos jugados en 2021-21 de Liga y 4 de Copa del Rey-, en los que el Betis sólo perdió en dos ocasiones.
La unión del vestuario
Unas imágenes de la euforia en el vestuario bético tras la clasificación europea hablan de forma más que elocuente de la ascendencia de 'El Ingeniero' sobre una plantilla que coreaba su nombre y reconocía así la importancia de su trabajo sordo y constante a la hora de dotar a sus jugadores de la competitividad que le había faltado en otras temporadas.
Con lo mismo y con retoques mínimos respecto al año anterior, cuando quedó en decimoquinta posición con 41 puntos, Manuel Pellegrini le ha dado su sello personal a un equipo que ha terminado el presente ejercicio con veinte puntos más en el sexto puesto, una diferencia basada en la solidez y en nunca bajar los brazos.
Lo que antes eran caerse a las primeras de cambio, el chileno lo convirtió en no jugar con el marcador en la cabeza, en seguir remando y en lo que se trabaja en los entrenamientos, en empatar cuando no se puede ganar y, sobre todo, en implicar a la totalidad de su plantilla en su idea y en su tensión competitiva.
Así, el Betis ha ido macerándose a imagen y semejanza de su autor, quien ha ensamblado un grupo unido junto a pesos pesados. Desde la portería con el chileno Claudio Bravo, el brasileño Emerson Aparecido, el argentino Guido Rodríguez, Sergio Canales o el francés Nabil Fekir, ha sido clave a la postre la recuperación para la causa del delantero Borja Iglesias.
La mejor versión del punta compostelano, quien ha terminado la Liga con once goles por los ocho de Canales, es también logro del técnico chileno. Además, lo recuperó para la primera línea cuando pocos apostaban por el delantero que había llegado a Heliópolis hace dos veranos desde el Espanyol a cambio de casi treinta millones de euros.
Gestión del grupo
Pellegrini nunca ha pedido consciente de las limitaciones impuestas por la situación económica. Ha tirado de lo que había, ha exprimido el mejor fútbol de la leyenda Joaquín Sánchez. También ha recurrido a la cantera con jugadores como Rodrigo Sánchez 'Rodri' o el marfileño Paul Akouokou, y ha hecho subir enteros al mexicano Diego Lainez, a los canteranos Aitor Ruibal o Juan Miranda -cedido por el Barcelona-.
El mejor símbolo del 'pellegrinismo' fue la tríada goleadora en la clasificación europea, los tres cuestionados y recuperados -Borja Iglesias, Fekir y Víctor Ruiz- y el tercero, convertido en una de las claves del Betis por obra y gracia de Pellegrini, quien fue de los pocos que apostó por el zaguero catalán desde que llegó libre del Besiktas turco.
Pese a la alegría, no se le ha conocido expresión de euforia al 'Ingeniero', quien fiel a su estilo ya anunció que trabaja desde hoy para configurar junto a Antonio Cordón, director deportivo de la entidad, en configurar el Betis del próximo año, armonizando exigencia deportiva y limitaciones económicas.
"Partiremos el lunes trabajando e intentaremos potenciar el plantel dentro de una realidad", Pellegrini en estado puro: ni una palabra de más.