Hola, me sigo llamando Lucas Ocampos

Lucas Ocampos es un jugador que quizás no entre por el ojo a los exquisitos pero que acaba penetrando en el corazón del hincha por todos lados. Si en las últimas semanas ya dio señales inequívocas de que ha recuperado la forma, su partido frente al Deportivo Alavés debe servir de una vez por todas para colgarle el mismo cartel de indiscutible que tienen Bono, Acuña, los dos centrales o Fernando.

Este sábado fue delantero, lateral izquierdo, extremo diestro y durante un buen tramo del primer tiempo hasta desplazó a Óliver Torres en las labores de organizador. Quizás todo ello tenga una lectura no tan positiva a nivel general, pero describe a la perfección lo que es Ocampos: un todoterreno sin fondo del que no debe prescindir un solo minuto Julen Lopetegui. Y no lo hace, pues hasta en sus rachas malas sólo sienta al argentino para dosificarlo o por algún problema físico.

En un Sevilla FC fuerte pero lento, jugadores como Ocampos descubren espacios, son un incordio para las defensas rivales y tiran hacia adelante del equipo en los momentos incómodos. En un Sevilla que prioriza el aspecto defensivo, esa efectividad en desarticular al rival es posible gracias al derroche de los de arriba, ejemplificado en Ocampos. Lejos del tribunerismo, el argentino es el primero de los defensas y el bastión de ataque del Sevilla.

Es la mejor noticia de un Sevilla que se marchó del Sánchez-Pizjuán con la sensación puntual de haber dejado volar dos puntos pero habiendo mostrado otra más sostenida en el tiempo y, a la larga, más importante: ¡qué difícil es ganarle al Sevilla!

El destino quiso que el partido ante el Alavés fuese un encuentro de nombres propios. Aparte de Ocampos: Idrissi titular, Rafa Mir de 9 indiscutible y las lesiones de Suso y Lamela. Pese a que no brilló (ni estuvo peor que la media en el equipo), Idrissi debería contar con más minutos en un equipo en el que nadie regatea. Respecto a los lesionados, ofrecen la oportunidad de explotar el fondo de armario que indiscutiblemente tiene este equipo. La de Suso, en concreto, debería frenar de una vez las reapariciones anticipadas.

El último apunte se lo dejo a Rafa Mir de nuevo. Es ahondar en lo que ya expuse recientemente. Tiene dos grandes virtudes que deben pesar más que sus defectos actuales (entre ellos, que debe mejorar por arriba y aportar más de espaldas). Una, el margen de crecimiento que sus condiciones, y no una fe gratuita, indican que tiene. Dos, siempre genera peligro y acciones clave. Estuvo desacertado, pero rozó dos golazos y provocó el mal despeje que sí aprovechó Rakitic. Frente al Real Betis, idem: le quitaron un gol in extremis y provocó al expulsión de Guido. Recuerden que el Sevilla nunca firma delanteros de 25 goles o 30 millones, sino aquellos que aún no los han metido ni aún los valen, pero que cree que los pueden llegar a meter y valer. Y Rafa Mir acaba de llegar.