Lengua fuera, puntos dentro

El Sevilla ha logrado sumar tres puntos de un enorme valor y que han supuesto un enorme esfuerzo y sacrificio. El conjunto de Julen Lopetegui acabó el encuentro sufriendo, sudando, sacando y achicando balones por doquier, pero venciendo, que era lo importante tras dos encuentros sin poder ganar. Es una victoria no ante un equipo de la zona media de la tabla, sino ante un equipo de Champions que en realidad tiene mucha más calidad y recursos de lo que dice la clasificación. El caso es que el equipo hispalense ha sufrido para sacar adelante los tres puntos, pero los ha sacado, y de nuevo se mete en la pomada de los puestos altos de la clasificación.

Fueron dos equipos muy atrevidos desde el inicio. El Sevilla se fue arriba a presionar de forma a veces osada. El Villarreal hacía lo mismo. Rulli y Bono controlaban la pelota a escasos metros o centímetros de los rivales. Ninguno de los dos conjuntos podía sacar la pelota con claridad, como acostumbran. Pero en esa pelea de poder a poder, de osadía a osadía, salió vencedor el Sevilla. Por detalles, pero ganador a la postre, de hecho fue lo que desniveló el encuentro. Ya había provocado problemas a Rulli y a Foyth a las primeras de cambio, pero una buena presión esta vez de Rafa Mir y Acuña fue el detonante del primer gol, con robo y pared del argentino con el delantero y pase al segundo palo a un Ocampos que se activa aunque la pelota esté en el otro costado del terreno de juego. Siempre metido, siempre concentrado, salgan las cosas o no, reaccionó rápido, cogió esos metros de ventaja y la pidió solo en el segundo palo. Su compatriota Acuña lo vio y la puso de maravilla para que el remate, de una forma o de otra, se colara. Ese gol del Sevilla daba premio a una ligera superioridad en dos aspectos, en una presión algo mejor ejercida, o más efectiva, y a un poquito más de mordiente arriba con algún que otro remate más que el Villarreal, que tuvo poco peligro.

Era un partido muy igualado en realidad, con poco juego claro combinado pero con muchas transiciones hacia los espacios cuando se superaban las líneas de presión. El Sevilla, a la contra, sí que pudo hacer algo más de daño antes del descanso, pero Jordán no eligió bien en un 5 contra 2 al contragolpe.

A sufrir

La segunda parte siguió siendo igualada pero el Villarreal sí que superó con la pelota al Sevilla, acabó con más posesión de hecho. Desde la reanudación, también con los cambios, aculó al equipo nervionense y empezó a dominar los tiempos del partido. Seguía faltando remate, y además Montiel, Koundé y sobre todo Diego Carlos eran obstáculos muy difíciles de superar, pero estaban más cerca del área de Bono.

Balones laterales, remates lejanos... el Villarreal parecía encaminarse hacia algunas soluciones y al Sevilla solo le aparecían problemas. Acuña se lesionó y Rafa Mir y Ocampos acabaron muy tocados. La merma física y el cansancio se hacían notar y mucho en el Sevilla, sobre todo en un tramo en el que Gerard Moreno, que reaparecía aunque a medio gas, falló una ocasión clamorosa, literalmente, clamorosa. Lopetegui reaccionó quizás algo tarde pero cambió a Ocampos y al Papu por Óliver y Munir. Fue el primero el que cambió la cara al Sevilla. Le dio más salida de pelota y le dio presión. Eso dio aire a un Sevilla que supera el trance con un triunfo valiosísimo tras un punto de seis en Liga y antes de una recta final de año de las de aúpa: Salzburgo, con la Champions en juego, Athletic, Copa, Atlético y Barcelona. Al menos, con tres puntos más en el zurrón.